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Estambul, una visita al Gran Bazar. (Turquía, día 3)

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Lunes, 10 de Octubre 2011.

Nuestro tercer día en Estambul amaneció igual de gris y lluvioso que el anterior. Así que decidido: cambiábamos nuestro itinerario. Cerquita del hotel habíamos visto una oficina, tipo agencia de viajes, así que allí nos fuimos a informarnos que horarios de bus había para Denizli. Elegimos un billete a última hora de la tarde, viajaríamos toda la noche pero así teníamos tiempo para callejear un poquito por Estambul esa mañana.

Buscando un lugar para desayunar, encontramos la famosa pastelería Hafiz Mustafa, fundada en 1864. Es conocida por sus pastas con almendras (aci badem) que comparten vitrina con infinitos pastelitos y tartas de colores, el paraíso para los amantes del dulce. Nos sentamos en la parte de arriba (cuyo techo es bajísimo así que ojo si sois altos) desde donde podíamos ver el gran tráfico y la parada del tranvía a la que nos dirijimos tras pagar una pasta por un desayuno que no era para tanto.

Le preguntamos al chico de seguridad que había en la parada cómo ir a la estación de autobuses (otogar), ya que vimos en el mapa que estaba lejos del centro. Y lo que empezó con la típica pregunta de turista, terminó con una conversación dentro de una garita minúscula mientras su compañero amablemente salía fuera. El chico era kurdo, casado con una española y durante más de una hora intentamos entendernos para conocer un poquito la situación de su pueblo. Lo que más me llamó la atención fue el momento en el que nos dijo Soy kurdo, muy bajito, pegado a nosotros, muy en secreto... Salimos de allí, con un libro en la mochila que quiso regalarnos, un abrazo y su gran sonrisa que parecía reflejar el agradecimiento porque alguien escuchase su historia.

 

El chico era kurdo, casado con una española y durante más de una hora intentamos entendernos para conocer un poquito la situación de su pueblo. Lo que más me llamó la atención fue el momento en el que nos dijo Soy kurdo. Muy bajito, pegado a nosotros, muy en secreto. Salimos de allí, con un libro en la mochila que quiso regalarnos, un abrazo y su gran sonrisa que reflejaba el agradecimiento porque alguien escuchase su historia.

 
 

Teníamos tiempo así que aprovechamos la cercanía de la oficina de correos para enviar unas postales. El edificio, de principios del s.XX, era precioso, del arquitecto turco Vedat Tek, con detalles de madera y un precioso techo de cristal, que me recordó a un decorado de la película "El Golpe".

Nuestra última visita sería al Gran Bazar, queríamos dejar ya comprados algunos regalillos, volveríamos a pasar la última noche a Estambul antes del vuelo de regreso y como dormiríamos en el mismo sitio, dejaríamos allí una pequeña mochila. Además teniendo el tiempo limitado por la salida del autobus no podría volverme loca como cada vez que entro en un zoco, mercadillo, bazar o similares...

Entramos por la puerta que está cerca de la mezquita de Nuruosmaniye, era más de mediodía y el lugar estaba lleno no, lo siguiente. Es mejor ir a primera hora (abre a las 8,30, todos los días salvo los domingos ) y la parada de Beyazit es la más cercana si vais en tranvía.


 

Estabamos en la calle principal, la de los Sombrereros, que actualmente está dedicada a la joyería. Debe ser de lo poco que permanece del mercado que fue antaño, cada calle para un gremio: orfebres, alfombras, ropa... Esto se debe a que el sultán Menmed II mando construir un bazar cerca de su palacio, alrededor se fueron instalando los talleres artesanales formando así calles gremiales que después fueron cubiertas para finalmente amurallar el recinto. La actual estructura es relativamente reciente ya que el mercado original del s.XV sufrió varios incendios, se reconstruyó en 1894.

Mi primera impresión no fue buena, me vi en una calle cubierta llena de tienditas de joyerías y a unos señores muy trajeados, que parecían dependientes de unos grandes almacenes, custodiando las entradas al paraíso del oro. Nos perdimos por sus innumerables calles mientras nos ofrecían de todo en todos los idiomas posibles, agobiante de turistas locos por comprar, excursiones siguiendo paraguas de Kitty, hasta que de repente aparecían unos pequeños patios con pequeños cafés en los que detenerte un rato. Son los antiguos caravasar, usados para que los comerciantes pudiesen dejar a los caballos, alquilar una habitación y descansar.

Aunque sí merece una visita, yo salí bastante decepcionada y sin haber comprado nada, lo cual es muy muy muy raro...Mucho made in China y los precios además eran mucho más altos que en las tiendas del exterior. Comimos dentro del bazar, tiene incluso comisaría, bancos o mezquita, y al leer en la guía que la Columna de Constantino estaba allí cerca nos acercamos.

Realizada con material procedente de las canteras de Egipto, sirvió para inaugurar la nueva capital (Bizancio) del Imperio Romano. Estaba en el centro de una plaza, rodeada de templos e iglesias que formaban el foro de Constantino. Medía 50 metros y en lo alto había una escultura del emperador a imagen y semejanza del dios Apolo.

Una tormenta derribo la estatua, un incendio, varios terremotos y la escasa conservación ha hecho que hoy no tenga ni un triste cartel. Y así la encontramos, de hecho se la conoce más por el nombre de Columna quemada.


 
 

Así terminaba nuestro tercer día en Estambul, volvimos al hotel a por las mochilas y nos marchamos a la estación de autobuses (otogar). Formada por varios edificios, es una locura de oficinas y carteles de distintas empresas que realizan multitud de trayectos (muchísimos internacionales) , de hecho hasta tiene un hotel con, dicen, muy buenos desayunos. Tardamos un rato en localizar el lugar desde el que saldría nuestro bus, por lo que es aconsejable ir con tiempo, viajariamos en la empresa también llamada Pamukkale (de la que os hablaré en el siguiente post, recomendable 100%) nos acomodamos y dejamos Estambul para irnos a Denizli.

Es la ciudad más cercana al Castillo de Algodón. Denizli me recordó a Portugal por su amor hacia los gallos y su conocida industria textil, especializada en toallas y albornoces. Curiosamente tiene un museo dedicado a los ovnis, por la cantidad de noticias sobre avistamientos que hay en este lugar. El bus viajaría toda la noche y llegaríamos a la estación sobre las 7 de la mañana. Una vez allí teníamos entendido que había dolmus cada 15 minutos a Pamukkale...¡¡el objetivo de nuestro viaje!!.


 

15 Comments

  1. Luz E. dice:

    Me ha encantado el momento de conexión y “confesión” del chico Kurdo, seguro que se sintió muy agradecido, y a vosotros os endulzó el último día en Estambul que si no seguro que habría sido diferente… Sin embargo toda una suerte haber encontrado algo de paz en los antiguos caravasar entre tanto atrapaturista, a mi es una situación que me agobia tanto tanto, que es de las pocas cosas que me ponen de mal humor jaja. Gracias por compartir un trocito de tu Estambul. ¡Deseando leer el próximo día del viaje a Turquía!

  2. Mar Vara dice:

    Acabo de volver de Estambul y leyéndote me dan ganas de volver otra vez. A mi me pasó lo mismo que a ti en el Gran Bazar, me decepcionó tanto artículo made in China y no compré nada. Como estuvimos varios días lo visitamos varias veces, pero ni aún así. Es una visita muy curiosa, aunque no compres nada y, si no te gusta madrugar, una buena opción para visitarlo sin aglomeraciones es ir a última hora, poco antes de cerrar. Es lo que hacíamos nosotros y hubo un día que estuvimos prácticamente solos.
    Un abrazo.

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Hola Mar,
      Menos mal que a ti tampoco te ha hecho mucha gracia, porque decirlo casi parece pecado jajaja Tomo nota porque me encantaría volver a Estambul visitar el Gran Bazar a última hora, a ver si así le veo el encanto 😉
      Un abrazo de vuelta y ¡gracias por la visita!

  3. Aún no conocemos Estambul pero ya nos hemos apuntado dos consejos de tu viaje: por un lado, que la famosa pastelería Hafiz Mustafa no es precisamente barata. Y por otro, que al Gran Bazar hay que ir temprano para evitar colapsos de gente. Esto último lo llevaremos regular, porque no nos gusta madrugar en vacaciones pero tampoco nos gustan las aglomeraciones… En fin, haremos un esfuerzo y madrugaremos.

    Saludos.

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Hola DinkyViajeros,
      Pues tenéis que animaros a conocer Estambul, es de esas ciudades que hay que visitar al menos una vez en la vida. La pastelería es de esos lugares que no repetiría y el Gran Bazar sí, está bien, pero me quedo con cualquiera de los marroquíes.
      Nosotros sí somos de madrugar también en vacaciones, ya duermo poco normalmente pero si estoy de viaje en un sitio nuevo me pueden las ganas de salir a conocer. Llevo peor cuando es un concierto a altas horas de la noche 😉
      ¡Un saludo!

  4. patri dice:

    Qué recuerdos de Estambul! No me puedo creer que hace ya 4 años que fui 🙂 el Gran Bazar y sus locos maniquíes me gustó mucho, justo la imagen que tenía de la ciudad en mi mente, y esos zumos de naranja (Y granada) hmm ¡ganas de volver! Un besazo

    • Maruxaina Bóveda dice:

      A mí también me encantaría volver Patri. Es una ciudad que me supo a poco, quizá por la lluvia o porque no era el momento de conocerla. Los maniquíes son lo más, me encantaría tener uno en casa de decoración 😉
      Abrazo guapa.

  5. Emily Vega dice:

    Hola muy bueno tu blog, me encanta. Acabo de llegar ayer a Estambul y justo hacemos el mismo recorrido que tu. Tengo unas dudas, me podrías decir los nombres de hoteles y precios donde se hospedaron y tambien el sitio y el precio donde compraste los tickets de los buses plis, también quiero ir a esos destinos por mi cuenta.

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Hola Emily!!Muchas gracias por tu comentario Estuvimos hace más de cinco años por lo que me temo que en precios no puedo ayudarte. Los alojamientos los fuimos contratando de camino y los tickets para el bus en una oficina de la empresa llamada Pamukkale, cerca de la estación de tren. Espero que tengas muy buena estancia!! Un saludo

  6. Netikerty dice:

    Tengo unos recuerdos muy bonitos de Estambul, pero no recuerdo haber visitado esa zona. Las fotos muy bonitas!!

  7. Me encantó Estambul, me dejó enmarada y no veo la hora de volver, eso sí, el Gran Bazar ha sido invadido por souvenirs chinos que no se antojan lo más mínimo (recuerdo que nada más compré ojos de esos azules para regalar), pero bueno, como bien dices, buscando encuentras rincones que merecen mucho la pena. Veo que aparte de Estambul visitaste más sitios, qué bien!! yo me quedé en la capital, así que deseando volver sobre todo para visitar Pamukale y Capadocia. Un saludito y felices fiestas 🙂

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Yo volvería a Estambul, la primera visita no acabó de convencerme así que habrá que darle otra oportunidad. También nos falta Capadocia, ¡me encantaría volar en globo!Un saludo viajeros 😉

  8. Cristina dice:

    Qué buenos recuerdos me has traído… y como a vosotros a mi también me llovió en Estambul más de lo deseado. Eso si, yo salí del Gran Bazar cargada, pero fue hace años y entonces el Made en China que dices no había llegado a Turquia.
    Un abrazo

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Hola Cris, seguro que cuando tú visitaste la ciudad el Gran Bazar era más auténtico. A mí me decepcionó bastante. Una ciudad a la que no me importaría volver.
      ¡Abrazos guapa!

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