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Jueves, 2 de Agosto 2012.


 

Fue genial despertarme y saber que ese día no tendría que cargar con la mochila.

N os esperaba el Palacio Real, el lugar más visitado de la capital camboyana y un perfecto ejemplo de la arquitectura khemer. Era nuestro segundo día en el país y tenía unas ganas infinitas de salir a la calle.

Bora, el recepcionista, nos esperaba para ofrecernos el desayuno: café, zumo, tostadas y omelette. Todo acompañado de preguntas y sonrisas. Rechazamos el tuk tuk ya que desde el hostel nos quedaba cerca para ir a pie, tan solo teníamos que seguir Sisowath Quay, el paseo que va paralelo al río Tonle Sap, para llegar al palacio.


 

 

Este palacio es la residencia oficial de los reyes camboyanos desde que se construyó sobre la ciudadela de Banteay Kev en 1860. Antes la capital del país estaba en Oudongk, a unos 40 kilómetros, pero las presiones francesas hicieron que se trasladase a Phnom Pehn. El recinto cuenta con nueve edificios y cuidados jardines en más de seis hectáreas.

Desde el exterior puede verse el Pabellón Chan Chaya ya que está construido en el mismo muro del recinto. Decorado con grandes imágenes del monarca, desde aquí saluda al pueblo, ve los desfiles y recibe a sus invitados ya que es una calle en la que sólo circulan los tuk tuks.

Con un calor horrible empezaba nuestra visita. En el interior nos recibió la torre de 60 metros de altura del edificio del Salón del Trono, con sus expresivas caras en lo más alto que hacen alusión a las esculturas del templo de Bayon en Angkor. En él se celebran recepciones oficiales y bodas reales pero no se puede entrar, sólo curiosear por las ventanas el interior en el que están los tronos de los reyes.

Y aunque no soy yo muy fan de los dorados reconozco que me encantaron esas formas retorcidas que apuntaban al cielo. La elegancia, limpieza y cuidado de cada detalle eran totalmente lo opuesto a lo que habíamos conocido la tarde anterior, la capital vieja, caótica y gastada que quedaba al otro lado del muro.


 

 

Tapado con andamios y telas, descubrimos un edificio de hierro que llamó nuestra atención : el Pabellón Napoleón III. Fue construido en Egipto y llevado pieza a pieza desde París. Me puse a investigar y resulta que el emperador francés encargó esta casa de muñecas, tamaño natural, para su mujer con motivo de la inauguración del Canal de Suez. Por algún motivo que no he averiguado la emperatriz Eugenia, que mira tú era de Granada, se la regaló a su vez al rey camboyano en 1876. Lo bueno fue que los adornos y emblemas con la N del fancés Napoleón sirvieron para su homólogo camboyano, Norodom.

Al ser bastante temprano no había demasiada gente y nos cruzamos con varios monjes de túnica naranja que se convertirían en habituales durante los siguientes veinte días. En el interior de los pabellones pudimos ver objetos y vestimentas de los reyes, pero también budas de todos los materiales, tamaños y medidas imaginables. Todo ello bajo la atenta mirada de vigilantes que no dudaban en llamar la atención a quiénes no respetaban los carteles repartidos por todas las estancias visitables.


 

 

La Pagoda de Plata, Wat Preah Keo Morokat, es uno de los mayores reclamos del palacio. Aunque para decepción de muchos apenas puedan verse las baldosas que le dan nombre. Más de cinco mil baldosas de plata cubren el suelo pero están bajo una alfombra y no se pueden hacer fotos así que la visita fue fugaz.

Nos contentamos con ver la maqueta de Angkor que hay justo delante, viendo cómo era creo que empecé a creerme que estaba en Camboya y que en unos días vería los increíbles templos.


 

Paseando por los exteriores vimos un mural de 1900, con muchos colores y personajes que representan batallas y escenas del Ramayana, uno de los libros más importantes de la cultura hindú, se trata de una epopeya que cuenta las aventuras de Rama, una de la encarnaciones del dios Vishnu.

En los jardines se respiraba más tranquilidad, mucho respeto ante las estupas que contienen las cenizas de los abuelos del actual monarca, los reyes Norodom Suramarit y su esposa la reina Kossomak. Conocida por su apoyo a la danza clásica khmer en los años ’40, educó a su nieta para ser una de las bailarinas de apsara del Royal Ballet de Camboya.

Un baile precioso que por lo visto atrae la buena fortuna y que aunque pueda parecer sencillo, no lo es en absoluto.También está aquí la princesa Kantha Bopha, fallecida a los cuatro años de leucemia, son varios los hospitales tanto en la capital como en Siem Reap que llevan su nombre.


 

 

En el Pabellón Phochani tuvimos la suerte de poder escuchar música en directo, de hecho su forma de hall abierto fue así diseñado para celebrar bailes y teatro. Dejando las sandalias en las escaleras, no dudé en entrar y sentarme, eran instrumentos tradicionales del país y aquello sonaba tan bien que podría haberme quedado dormida con lo relajantes que era aquellos acordes.

No podía haber terminado mejor la visita, caminamos hacia la entrada y una vez saludado el conductor del tuk tuk, que seguía en el mismo sitio, nos sentamos en la acera para descansar un rato y decidir nuestra siguiente parada.

Tan absorta estaba en el plano que tardé en ver la escena que tenía delante y no pude evitar hacerles una foto. Aunque aquel momento, aquella charla casual, fue una de las imágenes que se quedó para siempre en mi memoria. Recuerdo sus sonrisas, la calma de sus gestos y unos ojos vivos y llenos de esperanza, representaban a la joven Camboya, un país que miraba hacia delante después de uno de los pasados más atroces de la historia. Un país que ya en su primer dia, nos había cautivado.


 

 

PALACIO REAL de PHNOM PENH.
Dirección : Samdach Sothearos Boulevard. En frente al paseo Preah Sisowath Quay.
Horario: Abierto todos los días. 8 am a 10:30 y de 14 a 17 horas.
Entrada: 25.000 mil Rieles (algo más de 5 euros).

10 Comments

  1. A nosotros nos gustó mucho Phnom Pehn. Quizás porque no esperábamos nada de la ciudad y nos paraba de camino desde Vietnam hasta Angkor.
    Lo que mejor recuerdo, el palacio y un masaje que nos dimos en un garito local donde los masajistas eran ciegos y toda la clientela camboyana, salvo nosotros dos.
    Un saludo

  2. Me ha encantado y tus fotos captan muy bien el ambiente.
    Saludos viajeros
    LoBo BoBo

  3. Que a gusto se recorren los lugares de tu mano Maruxaina! No hemos estado nunca en Camboya y con tu relato del Palacio Real de Phnom Pehn nos has abierto las ganas de viajar hasta allí.

    qué pasrá cuando nos hables del famoso Angkor???

    Gracias por descubrirnos y describirnos ete precioso lugar y sus anécdotas, tremendo lo de Napoleón III 🙂

    Saludos,
    Eva y Carmelo

    • Maruxaina dice:

      Muchas gracias Eva!!
      Detalles como el de Napoleón son la mejor parte del post viaje, bucear hasta encontrar esas historias que en principio pasan desapercibidas.Así tardo tanto en publicar porque me lío a buscar hasta el infinito…jajaja!
      Os recomiendo Camboya, os encantaría.Pero ir rápido, recuerdo que cuando volvía al aeropuerto vi las obras de un tremendísimo centro comercial y el anuncio de la inuguración del primer mcflurry del país y eso fue hace cuatro años…
      Espero que os gusten los siguientes relatos 🙂
      Un beso grande para los dos!!!

  4. Cristina dice:

    En fin… leyendo y viendo las fotos de este post solamente puedo decir ¿por qué todo el mundo se empeña en decir que de Camboya solamente vale la pena Angkor? Gracias Maruxaina por descubrirme que están muy equivocados. Un abrazo

  5. Carmen dice:

    Realmente impresionante el lugar Maruxaina, me han encantado los tejados sobre todo y haber podido escuchar los instrumentos tradicionales debió de ser una maravilla. Lo del leggin y la camiseta de manga larga un puntazo, se ve que ya te lo esperabas, chica lista.
    Un saludo
    Carmen

  6. Gaolga dice:

    Wow, como mencionas esta todo extremadamente limpio! se ve que lo cuidan muy bien. El lugar es impresionante! cuando veo fotos de estos palacios me entran unas ganas de ir, pero Cambodia y en general el sudeste asiático y yo no hemos podido cuadrar bien en fechas 🙁 espero que el próximo a~o pueda ser!

    Saluditos!

    • Maruxaina dice:

      Seguro que coincidireis en fechas Olga y seguro que te gusta.
      La verdad que sí, el palacio está extremadamente impoluto, lo que hace que sea mucho mayor el contraste al salir. Merece mucho la pena pasar unos días en la capital.
      Un abrazo!

  7. Marta A. dice:

    Qué chulada de Palacio! Me ha encantado la torre con las caritas. Fíjate que cuando pienso en Camboya solo imagino Angkor.
    Un abrazo guapa

  8. Paulo dice:

    Nunca he ido al Sudeste Asiático pero tengo unas ganas tremendas de ir. La verdad es que me fascina y no conocía el Palacio Real de Phnom Pehn. Como delineante siempre me ha fascinado la arquitectura de otras culturas como las asiáticas, me encantan las fotografías (y no sólo las de edificios) 😛 ¡Enhorabuena por el artículo!

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