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Sighetu: una visita a la prisión (Rumanía, día 13)

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En algún lugar leí que era el único memorial dedicado a las víctimas del comunismo.

Apuntado como uno de mis imprescindibles durante nuestro viaje por Rumanía, desde Brasov nos trasladamos al norte del país para visitar la antigua prisión de Sighetu Marmatiei. Cambiamos Transilvania y sus castillos por Maramures, la zona más rural del país, en la frontera con Ucrania y conocida por las iglesias de madera y unos increíbles paisajes.

Nos alojamos en Baia Mare, la capital de la región, un lugar muy tranquilo en el que todo el mundo parecía estar de vacaciones permanentes. Tras un buen descanso en el único hotel disponible, nos fuimos en minibus a pasar el día a la vecina Sighetu Marmatiei a poco más de 60 kilómetros. El viaje fue interminable, había paradas en todo "medio pueblo" por el que pasábamos y la carretera entre montañas obligaba al conductor a ir muy despacio. Nos salvaron las vistas: un verde infinito, bosques de cuento, carros tirados por caballos y señoras de coloridos pañuelos y vestidos.

La estación de Sighetu parecía abandonada, una oficina cerrada y un bar, que debió tener tiempos mucho mejores, nos recibieron tristes. Entramos a beber algo con la intención de preguntar hacia dónde tirar porque no había ni un cartel, pero fue imposible entendernos con la camarera. Terminamos tomando una sopa propia de un frío mes de diciembre, pero la carta del menu estaba escrita a mano y en rumano. Mi cara fue un poema cuando vi aquel cuenco humeante delante de mí en pleno agosto.

La falta de entendimiento, el largo viaje y los tres kilómetros que acababa de patear bajo un sol de mediodía para llegar al museo se juntaron de golpe cuando vi que estaba cerrado. Tras comprobar que era horario de visitas mis males se transformaron en enfado porque ni siquiera había una nota o alguna información. Decidimos esperar un rato, los días que llevábamos de viaje por el país nos enseñaron a aceptar este tipo de cosas y mi mal humor se fue diluyendo como el hielo del café que tomamos en un modernísimo local de la misma calle, mientras salíamos de vez en cuando para ver si el museo abría.

Una hora de vídeos musicales rumanos después, las puertas de la antigua prisión se abrieron. Fue construída en la época del imperio austro húngaro para presos comunes y funcionó desde 1897 hasta casi cien años después. Usado también como depósito de sal y como fábrica de escobas se convirtió en los años ’50 en una de las cárceles más opresivas del país. La Civic Foundation Academy rescató el edificio del abandono y tras su rehabilitación se inauguró en 1997 el primer Memorial de las Víctimas del Comunismo y la Resistencia.

 
 

El resultado es un paseo por el pasado de Rumania. Con muchísima información en paneles explicativos, fotografías, artículos cotidianos, escritos…Un viaje completo a los años más oscuros del país a través de las celdas reconvertidas en salas de exposición. Mucho silencio y miradas tristes en algunos visitantes fueron nuestra compañía durante una verdadera lección de historia.

Reconozco que no sabía demasiado de Ceaucescu, quien estuvo en el poder hasta 1989 cuando fue juzgado y ejecutado mientras las cámaras lo grababan todo y la gente lo veía desde sus casas. El vídeo es inquietante y a pesar de no entender nada, aquél hombre destilaba frialdad e indiferencia. Su mujer, Elena, lo acompañó hasta el final y dicen que los soldados se ensañaron especialmente con ella a la hora de dispararles.

De familia campesina, arrestado varias veces de joven por participar en huelgas, Ceauscescu pasó de zapatero a político, ascendiendo hasta llegar a presidente del Partido Comunista en 1965. Una vez en el poder y rodeado de la Securitae, su policía secreta, no permitió ningún tipo de oposición siendo su régimen el más violento entre los países de la antigua Unión Soviética. Se hizo con una enorme fortuna, el nepotismo era exagerado y su vanidad también, llegando a destruir dieciseis iglesias, tres monasterios y cientos de casas para construir su palacio en Bucarest.

 
 

La llamada Colonia del Danubio era en realidad una prisión política para la élite intelectual del país. Profesores, periodistas, filósofos, músicos o todo aquél que no fuese lo suficientemente comunista era recluido en Sighetu. La mayoría sin juicio, basándose en el conocido artículo 209 del código penal que les amparaba ante cualquier conspiración contra el orden del estado. Así llegaron aquí cincuenta obispos, el ex Primer Ministro Rumano Aron Marto, o Iulu Maniu, el líder del Partido Nacional Campesino. No es difícil encontrar en el país a quien ha tenido un familiar, amigo o vecino que pasase por este tenebroso lugar.

Algunas celdas son un poco más amables de visitar. Como la que reúne objetos personales de la época, comunismo kitsch he leído que le llaman. Pero sin duda la que más recuerdo es la Sala 37 o la sala Negra, la célula de castigo en la que el preso permanecía en oscuridad total y atado con una cadena al suelo.

 
 

En la parte de atrás del edificio principal diseñaron un espacio definido como de meditación y recogimiento. La escultura en bronce de Aurel Vlad, el Cortejo de los Sacrificados, muestra de forma muy realista gestos y expresiones de hombres y mujeres que caminan hacia un muro infranqueable. Da bastante impresión después de haber recorrido el interior de la prisión.

Un conjunto de árboles ponen el verde y un poco de vida a unos pesados muros en los que se leen ocho mil nombres de asesinados en prisiones. Forman un pasillo que conduce a algo que recuerda a una catacumba. Entramos y tras acostumbrar la vista a la semi-oscuridad vimos una sentida escena. Unos padres ayudaban a dos pequeños a colocar unas velas. Tras encenderlas y decir unas palabras en rumano se quedaron en silencio unos minutos mientras nosotros les dejábamos solos abandonando el lugar.

 

Aprendimos mucho durante la visita sobre el pasado reciente de Rumanía. Nos sirvió además para entender un poquito mejor el carácter de su gente.

Las heridas son muy recientes, no han pasado ni treinta años. La mayoría aún no quiere hablar, es desconfiada, como nos contaba una amable señora mientras esperábamos el autobús que nos llevaría de nuevo a Baia Mare. Seguía nuestro viaje por Rumanía, un país que no dejaba de sorprendernos.

 

30 Comments

  1. Rafael dice:

    Un día raro el de la visita a Sighetu y el Museo de Víctimas del Comunismo. Aún menos mal que al final abrieron el museo, si no vaya viaje a lo tonto. Pero bueno, es lo que tiene no estar en las grandes capitales europeas, que aparece la aventura.
    La sala negra nos parece terrible, pero seguro que todavía hacían cosas peores, porque 8.000 muertes en una prisión es una barbaridad.
    Una curiosidad, ¿al final te gustó la sopa?

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Hola Rafa,
      Yo no confiaba nada en que abrieran la verdad, pero tras el largo y algo incómodo viaje teníamos que probar suerte 😉
      Aprendimos mucho sobre la historia de Rumania visitando la antigua prisión de Sighetu. Esos años oscuros son muy recientes y lo notamos en la sociedad, sobre todo, en lugares pequeños y no tan turísiticos como otras ciudades rumanas.
      “Para cuando se pueda” anotaros Rumania como destino, creo que os gustaría.
      Y… ¡¡la sopa!! Supongo que sí me gustó, sino me acordaría…Lo caliente que estaba unido al calorazo hizo que fuese una de las peores decisiones culinarias de mi vida 😛
      Apertas e ¡boa fin de semana!

  2. Rumanía es un país que tenemos muchas ganas de visitar, pero del que sabemos súper poco. Siempre nos hemos interesado más por los paisajes y las montañas que por la historia. Nos leeremos tus artículos sobre el país para ir cogiendo ideas e ir aprendiendo un poco más, especialmente porque como comentas, todo esto es muy reciente y condiciona la manera en que la gente se relaciona, así que mejor ir bien informados y no meter la pata.
    ¡Un saludo!

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Pues Rumania a vosotros os enamoraría. He leído que es el país más verde de Europa y es destino para los enamorados de las montañas. Os veo con vuestra furgo haciendo rutas súper chulas 😉
      Nosotros sí que notamos ese pasado reciente con la sociabilidad y rollo de la gente. Sobre todo en pueblos pequeños y moviéndonos en transporte público. Pero es un país que merece mucho la pena.
      ¡Abrazos pareja!

  3. JOSE D. dice:

    Nosotros hemos viajado por algunos países de centroeuropa y de la antigua URSS y hay más monumentos y memoriales dedicados a las víctimas del comunismo de los que creemos. Sin embargo, Sighetu Marmatiei al haber sido prisión tiene una carga simbólica y emotiva mucho más terrible. De hecho creo recordar que en Bucarest instalaron hace unos años una escultura también en ese sentido en el zócalo de una estatua derribada de Lenin. Sin duda Nicolae Ceaușescu fue un tirano terrible, pero no es menos cierto que se exageraron algunas de sus atrocidades y el juicio en su contra fue una pantomima. Esa perversión de la justicia es la que ha provocado el resurgimiento de su figura en algunas zonas de Rumanía. Por eso este tipo de museos, cargados de historia, son necesarios, para evitar reivindicar a los tiranos del pasado. ¡¡Menos mal que al final pudiste verlo!!

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Hola Jose,
      Muchas gracias por tu comentario. La verdad es que tendría que leer bastante más para tener una opinión más formada sobre la dictadura de Ceausescu. No sabía por ejemplo lo que comentas del juicio ni que su figura haya resurgido. Pero es algo que no me extraña viendo cómo está el panorama político a nivel mundial. Sin ir más lejos por España también hay quien quiere revivir a Franco.
      Como dices este tipo de museos deberían ser visitados para aprender y conocer el pasado. Pero se ve que lo de aprender de la Historia no va con la humanidad.
      Nos saltamos Bucarest para tener la excusa perfecta para volver a Rumanía así que ya os pediré consejo algún día 😉
      Un abrazo y buen fin de semana.

  4. ¡Hola Maruxaina!
    Me alegro muchísimo de que al final pudierais visitar el museo… y de que lo compartáis.
    La verdad es que no habíamos oído hablar de Sighetu ni de esta antigua prisión, pero por supuesto que ya está apuntadísima y el post guardado para cuando vayamos a Rumanía. Nos apasiona la historia, sobre todo la contemporánea, y de Ceaucescu sabemos menos de lo que nos gustaría. El museo parece súper bien hecho, visual e informativo a la vez que emotivo. Quizá, y salvando las distancias, nos ha recordado un poco al Museo del Terror de Budapest.
    Como dices, este triste periodo de la historia rumana es súper reciente, por lo que no me extraña que todavía se sienta en la gente y que haya familiares y amigos que sigan yendo a rendir homenaje o a poner una vela a sus fallecidos. Es bonito que tengan un lugar donde poder hacerlo… no en todos los países se puede decir lo mismo…
    ¡Nos ha encantado descubrir la prisión de Sighetu!

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Sabiendo lo que os gusta la historia es un museo que os recomendaría sí o sí. Cierto que Sighetu estaba mal comunicado (hicimos el viaje en transporte público) pero mereció la pena, incluso la espera al encontrarlo cerrado. No visitamos demasiados museos en el país, pero éste nos pareció muy bueno en cuanto a información, espacios y esa parte de reflexión/homenaje que creo puede ayudar mucho.
      No fuimos al Museo del Terror así que me lo apunto porque no me importaría nada volver a Budapest. Y comparto tu frase “Es bonito que tengan un lugar donde poder hacerlo… no en todos los países se puede decir lo mismo…”, puntos suspensivos incluidos. Lamentablemente creo que no es algo que lleguemos a ver por estos lares.
      Un abrazo guapa.

  5. Luz E. dice:

    Me da la impresión de que ha pasado demasiado poco tiempo, es, como quien dice, antesdeayer… No conocía mucho de esta historia, una buena lección. En mis viajes me pasa lo mismo respecto a la paciencia, sobretodo cuando voy sola me cuesta no enfadarme… Esperé y esperé en Polonia a que abrieran un museo, sin ningún cartel, que nunca abrieron y que me habían recomendado en la oficina de Turismo. Como dices, después de esa experiencia (en los primeros días), me cargué de mucha más paciencia y energía positiva ante las esperas… Gracias por contarnos esta interesante historia. Saludos.

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Hola Luz,
      Como dices sí que ha pasado poco tiempo y nosotros lo notamos en el carácter de algunos rumanos. Cerrados y con pocas ganas de hablar.
      Menuda faena lo de tu museo en Polonia y la OT debería estar al tanto de horarios reales…Pero sí que lo mejor es cargarse de paciencia para que algo así no arruine el resto del viaje.
      Un abrazo guapa.

  6. Guzmán dice:

    Hola Maruxaina!
    Quería hacerte una pequeña pregunta….en julio nos vamos a Rumania, queremos visitar el norte (Maramures basicamente) y luego ir en dirección Mukachevo (Ucrania cerca de frontera), no encuentro buenas conexiones en tren o en autobus, y las pocas que encuentro es a través de Sighetu…¿sabes si hay enlaces con tren o bus para cruzar la frontera con Ucrania?. Muchas gracias y muy interesante lo leído 🙂 !!!

    • Maruxaina Bóveda dice:

      ¡Hola Guzmán!
      Muchas gracias por tu comentario. Nosotros cuando estuvimos en Rumania vimos que en transporte público no es demasiado fácil, sobre todo en la zona norte del país. En la estación de bus de Sighetu no había nadie por ejemplo…Te recomiendo contactar con Visit Romania, seguro que ellos pueden informarte y darte las opciones para llegar a Ucrania.
      Rumania es un país lleno de atractivos. Cualquier consulta no dudes en escribirme 😉
      Un saludo!

      • Guzmán dice:

        muchas gracias por tu pronta respuesta!!!! 🙂 me podrías dar algún consejo de visita por la zona de Baia Mare? (si estuvisteis claro…)

  7. Es curioso que la gente aun tenga miedo a hablar y contnue desconfiada. Probablemente sea por algo… Esta fue una visita que no tuvimos la oportunidad de hacer. Una pena.

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Sí Jordi, pero si te vas a algún pueblo de Galicia es probable que encuentres mayores a los que aún les cuesta hablar del franquismo…Y en Rumanía también es bastante reciente. Abrazos!

  8. Bo dice:

    Un lugar nuevo para mí. Me gustan los museos que lleven mucha historia entre sus paredes y este me ha parecido muy digno de visitar. Me hiciste recordar uno en Riga que me pareció fantástico sobre el comunismo y la medicina.

    Sobre Rumanía solo sé a través de posts como este. Ya con más ganas de visitar este llamativo país.

    Un abrazo.

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Pues yo me apunto el que comentas de Riga, Bo. También me encantan los museos llenos de historia. Si aún no has ido a Rumanía, anímate que tiene muchos lugares interesantes para descubrir. Un beso amigo!

  9. Sandra dice:

    Que sitio tan alucinante, a mí me encanta visitar aquellos lugares que recuerdan la cara más cruel del ser humano y éste es sin duda uno de ellos… Se ve sobrecogedor. Me alegro de que el viaje no fuese en vano y finalmente pudieseis entrar, porque por las fotos y tu relato parece que mereció mucho la pena. Un abrazo fuerte y me lo apunto por si algún día visito Rumanía 🙂

    • Maruxaina Bóveda dice:

      No tardes en ir a Rumanía que os gustará Sandra. La visita a la antigua prisión mereció mucho la pena para aprender sobre el pasado reciente del país. ¡Un abrazo grande guapa!

  10. Mauxi Leal dice:

    Menos mal que después de todo pudieron visitar el museo y que, además, la espera valió la pena porque creo que es un lugar realmente interesante, y que permite conocer algo más de la historia de ese país que a veces nos parece tan lejano aunque muchos rumanos vivan en España.

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Pues sí Mauxi, a nosotros nos sirvió para aprender sobre el país, ya que apenas sabíamos cuatro cosas. El museo sí resultó muy interesante y es una de las visitas que y recomendaría a quién viajase por esa zona. Un saludo!

  11. Sabela dice:

    Desconocía este lugar… y me hubiese encantado haberlo visitado cuando estuve en Rumanía. Gracias a tu post, al menos, he hecho una visita virtual y aprendido mucho!
    Un abrazo guapa!

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Gracias Sabela! Yo aprendí un montón en este viaje sobre un país del que apenas sabía. Si vuelves a Rumanía, ya sabes 😉
      Un abrazo!

  12. cómo me gustaría conocer este lugar!
    Me gustan los museos pero mucho más los que tienen como objetivo mantener viva la memoria como decimos en Argentina, en materia de derechos humanos!

    Te dejo un abrazo y el deseo de buenos rumbos!!!

  13. Miryam dice:

    ¡Qué heavy! Ni idea que existía esta cárcel. Las fotos dan miedo eh. Comprendo cuando haces referencia a la tristeza y desconfianza de los lugareños, pues yo también lo noté en las zonas rurales que visité. Los más jóvenes son los que intentan “huir” del pasado y olvidar, pero aún queda camino. Felicidades por el post, bella 🙂

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Muchisimas gracias Miryam 🙂 Es una visita más que recomendable para aprender un poquito más sobre el país. Totalmente de acuerdo con lo que comentas, como suele decirse será cuestión de tiempo que vuelvan a sonreir. Un abrazo guapa!

  14. Eva dice:

    Que interesante! Me acuerdo perfectamente de Ceaucescu y de todas las noticias sobre él… Salu2

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Muchas gracias Eva! Pues en mi caso apenas recuerdo nada…es más en la carrera ni una mención…Viajar a Rumanía ha sido una gran lección de historia para mí. Un abrazo guapa!

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