Una vez más la música era el motivo del viaje. Esta vez el Rock Werchter, un festival que se celebra desde hace más de treinta años, hacía que visitásemos por primera vez Bélgica.
Encontramos billetes desde Porto al aeropuerto de Charleroi, por diez euros, descartando la opción de volar a Bruselas y aprovechando para conocer la pequeña población belga.
Del lugar apenas encontré referencias turísticas, Charleroi, debe su nombre al rey Carlos II de España y fue donde nacieron dibujantes como el creador de Lucky Luke o Spirou.
Nuestra anfitriona de couchsurfing en Lovaina nos esperaba por la tarde y nos comentó que Charleroi no era un lugar demasiado aconsejable para ir. Pero decidimos darle una oportunidad así que una vez en el aeropuerto de Charleroi, pequeño y rápido, buscamos el autobús que nos acercaría a la estación de tren.
El bus cuesta cinco euros, las máquinas de billetes y la parada están saliendo a la izquierda y el trayecto es de unos veinte minutos. El ambiente en los alrededores de la estación era más propio de medianoche que del mediodía, pero igualmente encontramos detalles que nos animaron a seguir caminando.
Atravesamos el puente sobre el río Sambre y nos encontramos con unas calles medio en obras, negocios cerrados, no sé, todo muy destruido. Necesitábamos tomar algo así que paramos en un café con terraza, previa comprobación de que tenía wifi para poder mandar mensajitos: Ya llegamos, todo ok.
La idea era un café pero estando en Bélgica no pudimos pedir otra cosa que no fuese cerveza. Le enviamos la foto a nuestro compañero Millán, tal y como habíamos quedado conociendo su afición por el país y las cervezas.
Teníamos pensado dar una vuelta para localizar las figuras de varios personajes de cómic que están repartidas por la ciudad. No teníamos plano y la Oficina de Turismo que había en la estación estaba en su momento de descanso cuando llegamos, pero no tuvimos problema porque apareció el que sería nuestro guía en la ciudad.
Mientras estábamos disfrutando de la cerveza y queso belga, apareció un rastaman que tras saludarnos, no tardó ni dos minutos en sentarse con nosotros. Y cómo no, se trataba de una de esas personas interesantes que conoces de casualidad. Un viajero de Cabo Verde, pero que había estado y vivido en tantos sitios como idiomas hablaba.
Recorrimos la calle peatonal y comercial, Rue de la Montagne, donde menos mal que ni paramos porque me pareció todo baratísimo. En la plaza de Charles II está el Ayuntamiento (Hôtel de Ville) , donde nos detuvimos para escuchar las 47 campanas que suenan cada cuarto de hora. A pesar de ser el más moderno del país, con sus setenta metros de altura ha sido incluido en la lista de la UNESCO de Patrimonio Mundial.
Mientras conocíamos la ciudad, íbamos encontrando las estatuas de los personajes de cómic: Lucky Luke fue el primero en un parque y el resto en rotondas llenas de flores y colorido. tambien en la estación de metro Parc, hay varios murales con imágenes del flaco vaquero, así como de los hermanos Dalton.
Charleroi es una de las cunas del cómic belga, la otra es Bruselas. Las viñetas de Le Journal de Spirou fueron publicadas por la editorial Dupuis, con sede en Charleroi, mientras Tintín aparecía en la capital. Spirou era un botones de rojo uniforme y cara simpática al que le ocurren mil aventuras.
Fue creado en 1938, por Rob Vel, un dibujante y camarero francés a petición del belga Dupuis, llegó a España en plena Guerra Civil, pero tuvo una segunda oportunidad a finales de los años '80 apareció más moderno en El Pequeño País.
Mientras caminabamos no paramos de hablar y así sin saber muy bien cómo pero sin pensarlo ni dudarlo, nos vimos en su casa haciendo café y escuchando música cómodamente en su sofá.
Durante algo más de una hora, nos enseño sus fotos de marinero, sus bonitos bolsos hechos de cuero, nos habló emocionado de su admirada Cesárea Évora, de la que vimos una de sus conocidas actuaciones con los pies descalzos (no, no se lo inventó Shakira). Conocimos la historia de su familia repartida por varios continentes y nos mostró la habitación que podríamos usar cuando necesitásemos.
Sinceramente, me hubiese quedado, sin conocerlo de nada, transmitía una confianza y una naturalidad que no invitaba a pensar nada negativo. Pero teníamos que seguir hacia Lovaina, así que con mucha pereza, ya que llevábamos desde las 6 de la mañana en danza, nos marchamos de vuelta a la estación. Esta vez António nos llevó por otro camino, muchos edificios abandonados y unos carteles de conciertos súper chulos.
Llegamos unos 15 minutos antes de que saliese nuestro tren, el tiempo para despedirnos de António, quién no había dudado en acompañarnos hasta la estación. Le di un gran abrazo, le repetí que viniese a casa cuando pudiese y quisiese y con una gran sonrisa se fue.
Aún volvió a girarse, con una ligera inclinación a modo de despedida, como de agradecimiento, cuando había sido él quien nos había ofrecido todo durante nuestras horas en Charleroi. Aquella parada confirmaba que muchos viajes los vamos haciendo con las personas que nos vamos encontrando. Un lugar que no ponía en el mapa y del que gracias a esa persona guardo mucho cariño.
*Charleroi está a 50 kilómetros de Bruselas y cuenta con un pequeño aeropuerto al que vuelan compañías como Ryanair. Es la forma más económica de volar a Bélgica. *Autobus desde el aeropuerto al centro de Charleroi: 20 minutos, 5 euros, 7 kilómetros. *Recomendable: Museo de Fotografía, situado en un antiguo monasterio es el más extenso de Europa.
24 Comments
¡Hola Maruxaina!
Mira que he ido veces a Bruselas (mi hermana vive allí), y nunca he aterrizado en Charleroi. Creo que no es una ciudad que merezca la pena ir expresamente si no se tiene mucho tiempo, ¿no?, pero para darse una vuelta si allí aterriza el avión me parece perfect.
Es curioso toda la tradición de cómics que hay en Bélgica. No sabía que Spirou era de Charleroi pero no me extraña nada. ¡Las estatuas son una chulada, la verdad!
Vaya experiencia bonita que vivisteis gracias a Antonio… y a la música.
¡Hola Paula!
Tal cual, ir a conocerla expresamente salvo que seas un fan de Spirou pues como que no 😉 Pero sí como dices si tras el aterrizaje no hay prisa. Los vuelos eran mucho más económicos que a Bruselas y la elección resultó ser genial, la aparición de Antonio y su amabilidad fueron el inicio perfecto del viaje.
Un abrazo guapa.
¡Hola Maruxaina! Me estaba planteando visitar Charleroi ya que siempre que voy a Bruselas aterrizo aquí… y en dos meses ocurre de nuevo. Sin duda después de leerte voy a dedicarle medio día. Espero que me guste la ciudad de Charleroi tanto como volar a su aeropuerto… Saludos. Pd: yo también caigo siempre en la cerveza, aunque tenga la idea de tomarme cualquier otra cosa 😉
¡Hola Luz!
Ya me contarás si finalmente conociste Charleroi, no es la ciudad más atractiva del mundo pero si te gustan los cómics y ya que el vuelo llega allí por qué no dedicarle unas horas 🙂
Un abrazo y mil disculpas por el retraso en responder.
Después de haber visitado Amsterdam, estamos deseandod e conocer Bélgica.
Además de Brujas, Gante y Bruselas ahora incluiremos Charleroi. Nos parece miy interesante.
No teniamos ni idea de que aquí se hicieron los dibujos de Lucky Luke.
Gracias por compartir este post tan interesante.
Saludos!!
¡Hola!
Gracias a vosotros por la lectura. La verdad es que yo tampoco sabía que era el lugar de origen de Lucky Luke, toda una sorpresa. Nosotros también tenemos ganas de conocer Bélgica y Holanda, ¡un país pendiente! Así que ya me pasaré a leer vuestras impresiones sobre Amsterdam.
Un saludo.
Me encanta cuando en teoría no esperamos prácticamente nada de un lugar y se convierte en especial.
Un post bonito y útil y por lo que cuentas no parece un lugar caro.
Gracias Verónica. Pues no lo recuerdo demasiado caro la verdad. A mí también me encanta descubrir el encanto de esos sitios de los que en principio no esperas nada.
¡Un saludo!
Me encantan tus viajes musicales. Bueno… esos que haces en busca de conciertos. El motivo es ese, y siempre veo que terminas descubriendo de paso lugares que merecen la pena. Me ha gustado mucho ese cambio del café por la cerveza 🙂
¡Gracias Kris!Sí que es cierto que gracias a la música hemos descubierto sitios que ni sabía que existían 🙂 Este verano espero añadir algunos cuántos y contártelo. Un abrazo.
Este año creo que vamos a hacer todos lista de conciertos pendientes, escapadas por llegar, reuniones con amigos,…. Este año nos ha robado muchas cosas, pero la música, aunque se en casa siempre la tendremos con nosotros. Un abrazo.
Buenos días, desde aquí, desde Charleroi.
He elegido este pos porque llevo aquí una semana liada, y me encanta poder leer sobre sitios que soy capaz de reconocer, estoy en bélgica, alojada en Charleroi y cada vez que salgo a comprar o a dar un paseo tengo la oportunidad de ver las estatuas (aunque se puede notar en ellas como ha pasado el tiempo).
Actualmente sigue dando la sensación de estar todo cerrado, incluso algunas cosas abandonadas, pero sus edificios siguen manteniendo muchisima historia.
¡Anda qué casualidad!Es una pena que no cuiden un poquito más la ciudad. Si puedes visita el Museo de la Fotografía, nos lo recomendaron pero nosotros no pudimos ir. Un saludo!!
Con todo lo que conozco de Bélgica, nunca se me hubiera ocurrido visitar Charleroi, pero mira a veces un destino del que no esperas nada te sorprende. Y el encuentro con personas interesantes hacen que un sitio sea aún mejor.
Un saludo!
Hola Mar!
La verdad es que por unas horas no nos apetecía el ajetreo de Bruselas y cómo el vuelo llegaba a Charleroi le dimos una oportunidad 😉 El guía espontáneo fue ya perfecto para un día de continuas buenas sorpresas!
Te pediré consejo cuando vuelva a Bélgica porque apenas la conozco.
Un abrazo!
Si es que yendo con ojos curiosos todos los lugares tienen algo que ofrecer. Lo mejor de los viajes, el establecer relaciones con desconocidos (o anfitriones de couchsurfing), y tú sabes plasmar estas sensaciones en tus textos.
Un saludo!
¡Hola Diana!
Muy de acuerdo en tu comentario. La curiosidad hace que encontremos buenos sitios en cualquier lugar. Y sí ya a eso le sumamos buena gente el viaje es perfecto 🙂 Gracias por tu comentario, un abrazo guapa.
Qué bueno, pues lo mismo a quién se le ocurre pararse en Charleroi, vamos con el ansia de ir a Bruselas a comer gofres de chocolate ja ja ja pero me ha encantado, ¡y qué rica esa cervecita belga! Soy muy fan. Un abrazo
Yo como no soy muy de dulces me salté Bruselas y los gofres 😉 Esos pequeños aeropuertos y los vuelos baratos que nos hacen descubrir estos sitios 😉
Un abrazo de vuelta Patri.
Pues a veces los sitios que aprentemente no tienen encanto son los que nos parecen más encantadores ¿¿no?? Me encanta la estatua de Lucky Luck!
Hola Verónica,
Totalmente de acuerdo, todos nos pintaban Charleroi fatal y al final fue un día viajero de esos que no se olvidan. Lucky Luke es la atracción del lugar sin duda 😉
Pues mira que he estado en Bélgica y nunca se me ocurrió parar en Charleroi… La próxima vez habrá que hacerle una visita al Marsupilami 😉
Que sitio tan bonito!! Las estatuas son la mar de simpáticas 🙂
Netikerty del Blog Anden 27
¡Hola!
Las estatuas de los personajes de cómic le dan mucha vida a la ciudad. Una visita divertida 🙂