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La ciudad alemana cercana a la frontera francesa (Estrasburgo está a unos 85km), pertenece al condado de Baden y está en medio de la Selva Negra alemana. Eso era todo lo que sabíamos, así que la idea era dar un paseo y si nos gustaba quedarnos a dormir e iniciar al día siguiente nuestra planeada ruta por Alsacia. El aeropuerto internacional de Baden está a unos 15 km de Karlsruhe pero para llegar es necesario un autobus, un breve viaje de tren y desde la estación un tranvía modernísimo hasta el centro de la ciudad.
Mochila al hombro nos bajamos en lo que nos pareció la calle principal, el tiempo era buenísimo y las calles estaban llenas de gente. Todo estaba limpio, cuidado, ordenado, escaparates preciosos, flores…parecía un decorado. Caminamos unos metros y llegamos a lo que luego supimos era la plaza principal. Estaba llena de puestos de comida y bedida, con mesas y bancos de madera, música en directo… No hizo falta mucho más, nos miramos y decidimos quedarnos.
Estábamos en la Markplatz (Plaza del Mercado), el centro de la ciudad, donde se encuentra el ayuntamiento. Se celebraba algo así como una fiesta de nacionalidades o países, así que ya sin mochilas, dimos varias vueltas hasta decidirnos por unos deliciosos platos africanos y unos pastelillos marroquíes, acompañado, claro está, de dos súper jarras de cerveza.
Estuvimos charlando un rato con un matrimonio muy majete, afortunadamente hablaban francés, y nos enteramos así que Karlsruhe significaba el descanso de Karl, porque fue el lugar elegido por el príncipe Karl-Wilhem para pasar sus temporadas de recreo hacía casi tres siglos (fue fundada en 1715).
También nos contaron entre risas que era conocida por algunos como una ciudad de funcionarios aburridos ya que es la sede de uno de los tribunales más importantes del país. De hecho fue aquí donde en 1822 se creó el primer edificio parlamentario de Alemania. Tras despedirnos y agradecerles muchísimo la breve clase de historia, comenzamos a caminar sin rumbo fijo. Me encantó la ciudad, puede visitarse a pie sin problema, tiene unas casas y edificios preciosos, muchas bicis, terracitas…se veía a la gente feliz feliz
El resto de la tarde lo dedicamos a pasear. Barrios residenciales, ni rastro de bloques de edificios nuevos, muchos parques y zonas verdes. Un lugar en dónde parecía no suceder nada fuera de lo marcado hasta que llegó la música. Un grupo de lo más variopinto que con cacharros de casa, contenedores y algunos cachibaches más iban cantando ante la mirada de unos transeúntes nada extrañados.
No sé si reivindicaban algo o simplemente se divertían pero era todo tan natural y tranquilo que me dio envidia ajena. Me imaginaba la misma situación en alguna calle española y no creo que la gente reaccionase tan bien, tampoco se asomó la policía en ningún momento...
Tanto caminar nos había abierto el apetito y nuestros pies (sabios ellos) dieron, sin mapa ni indicación alguna, con un restaurante turco. Estaba exageradamente decorado pero con unos platos muy ricos, en donde metimos la pata al no entendernos y pedir agua con gas, que además fue más cara que la comida.
El hotel estaba en el más absoluto silencio cuando llegamos, la habitación no era gran cosa y el cansancio hizo que pronto nos quedásemos dormidos. Al día siguiente visitaríamos el palacio de Karlsruhe y su Jardín Botánico, conocido como el Versalles de Baden Baden, antes de seguir nuestro viaje hacia Francia.
19 Comments
Hola Maru, pues mira estaba entre mis posibles en aquel largo roadtrip que hice por Baviera y la Selva Negra, de hecho en Baden-Baden estuvimos dando un paseo, pero al final por falta de tiempo lo descartamos y es que en esta zona hay tantos pueblos, tantas ciudades bonitas que hubiera necesitado un mes ¡o más! pero mira como me quedé con ganas de volver para la próxima ruta, o si voy a Alsacia, no me lo pierdo y brindaré con una rica cerveza alemana y un Prost! por ti. Besazos
Hola Patri,
Es que como dices hay tantos pueblos bonitos que quizá Karlsruhe pasa desapercibido. Si no llega a ser por Ryanair no lo hubiésemos conocido la verdad, pero mereció la pena.
Un besiño y espero ese brindis 😉
Esto de los aeropuertos low cost tiene de bueno que pone en el mapa ciudades que jamás pensarías en visitar. A nosotros también nos ha pasado alguna vez, por ejemplo con Bérgamo, al que se aterriza para ir a Milán. Me apunto la opción de Karlsruhe por si regresamos a la Selva Negra.
¡Hola guapa!
Me encanta esto de aprovechar cualquier excusa para conocer un nuevo lugar, sobre todo si es uno tan desconocido como Karlsruhe. Personalmente, no había escuchado hablar de él, pero tiene muy buena pinta. ¡No me extraña que os quedarais!
Me ha gustado mucho la clase de historia del matrimonio, es genial cuando puedes entablar conversación con alguien autóctono y te cuenta cositas que, de otro modo, quizá no habríamos sabido nunca.
¡Y a mi tampoco me gusta el agua con gas! También me he equivocado alguna vez ¡y está puaj!
¡Buenas Paula!
Pues nosotros tampoco conocíamos Karlsruhe hasta que compramos el vuelo porque vimos que quedaba relativamente cerca de Estrasburgo, donde empezaba nuestro viaje por Alsacia. Nos sorprendió por bonita, limpia y cuidada y la vedad es que la recuerdo con cariño porque fue mi primera vez en Alemania.
Lo de hablar con la gente local es algo que cada vez practicamos más, como dices es la mejor forma de conocer y aprender sobre el lugar.
Un beso guapa.
No, si tontos los príncipes no son. Menudo lugar, en la Selva Negra. Casi nada… Apuntado queda para cuando regrese a esta zona de Alemania. 🙂
Ya sabes Cris que la realeza no elige nada al azar 😉 Es una ciudad muy bonita y cuidada, la verdad que no esperábamos mucho de ella más que pasar unas horas pero me gustó y no me importaría volver a sus jardines. Los llaman el Versalles de Alemania ¡nada menos!
¡¡Un beso!!
Qué chulo. no conocía esta parte de Alemania pero pinta muy bien! espero con ganas los próximos posts!
¡Gracias! Es una ciudad que merece la pena si buscas algo tranquilo, tengo otro post sobre la visita a sus jardines por si quieres echar un vistazo 😉 ¡Les llaman el Versalles de Alemania!
Un saludo.
Tenemos muchas ganas de visitar la Selva Negra. ¡Nos apuntamos Karlsruhe para una posible ruta por allí! 😀
¡Un saludo! 🙂
Hola Dinkys,
Es una ciudad muy tranquila, cercana al aeropuerto de Baden-Baden por lo que es un buen punto de partida para una ruta por el país.
Un saludo viajeros.
Me encanta Alsacia! Ya me contarás algún día cómo os dio por comer en un turco recién llegados a Alemania, jeje
Lo de comer turco es habitual,da igual el país 🙂
Además todo estaba escrito en alemán y con el hambre que había mejor ir a lo bueno conocido!!
Saludos trucos viajeros 😉
Bueno, bueno… Varias sorpresas en viajes así. Primero los destinos que nos pone Ryanair, pueden ser un acierto o no, pero en cualquier modo sirven para visitar lugares que de otra manera nunca entrarían en nuestros planes. Por otro, la fiesta multiétnica. A mí me ocurrió una vez en Londres y fue de lo más ameno y genial que tuve en el viaje. Bien!
Totalmente de acuerdo Carolina, así conocí además de Karlsruhe,Charleroi en Bélgica y sus estatuas de cómic 😉
Detrás de un nombre desconocido siempre hay sorpresas y en este caso solo con el botánico y la fiesta ya fue perfecto!!
Muchas gracias por la visita 😉
Un abrazo viajera!!
Que ambiente tan animado se ve en la ciudad!! y la comida me dio hambre 🙂
Estaba todo riquísimo Olga!!!
Llegar y encontrarte una fiesta es de lo mejor 😉
Un saludo!!
Haaa, como me encanta Alemania. Es tan completo. Muy buen post, gracias por compartir.
Gracias por la visita Evan!!
Yo sólo estuve en Karlsruhe y Hamburgo y tengo muchas ganas de seguir conociendo Alemania, como tu dices tiene de todo 🙂
Un saludo viajero!!