Esta vez la visita no la pilló por sorpresa. Desde su lugar privilegiado vio acercarse a los dos barcos al puerto y pensó que el día era perfecto para visitar Sálvora. No hacía calor y el tono grisáceo del cielo le daba aún más aire de misterio a la isla. Mientras los visitantes desembarcaban y se reunían con el guía al inicio del sendero, Mariña observaba el trajín pensativa.
Cuánto había cambiado la isla en los últimos años. Desde que se abrió al público, todas las semanas veía rostros nuevos. Gentes venidas de todas partes, lenguas que no había escuchado nunca y ¡niños!. Mariña siempre se emociona cuando son escolares los que visitan su casa. Le encanta verlos correr por la playa y escuchar atentos las leyendas que cuentan sobre ella.
Su vida era hora mucho más amena, nada que ver con aquéllas esporádicas visitas de la familia Otero-Goyanes. Los últimos propietarios de Sálvora habían reconvertido la antigua fábrica de salazones en su pazo-vivienda, la taberna en una capilla y sus escasos 2 kilómetros cuadrados de isla en su coto de caza particular. Ella recuerda el día que caballos, ciervos y conejos llegaron, desorientados y confundidos por los caprichos del marqués. Tampoco olvida Mariña, el enfado de éste cuando Sálvora fue declarada Parque Nacional en 2002. Al no poder matar animales, aquéllos paisajes dejaron de interesarle a la familia y decidieron vender la isla.
La excursión se detuvo en la Fonte da Telleira, ahora seca y añorando las visitas de mujeres deseosas de descendencia. La fuente, también llamada de Catalina, era uno de los fuertes turísticos de otras épocas, famosa por sus aguas con poderes de salud y fuerza. Igual de triste estaba el lavadero, sin rumores, cotilleos y noticias, en desuso desde que las familias de la isla se fueron a principios de los años '70.
Vecinos de Ribeira y pueblos cercanos habitaron Sálvora durante décadas, dedicados a la agricultura y la ganadería. Le pagaban a los marqueses para llevar a pastar a las vacas y cultivar las tierras, al más puro estilo feudal. Ahora algunas de sus casas han sido rehabilitadas y son de gran interés para los turistas. Pequeñas construcciones en piedra ordenadas en torno a un patio central y con una zona para los animales, en la zona suroeste de la isla.
La aldea de Sálvora fue testigo de un fatal accidente recién empezado el año 1921. Un vapor con destino Cádiz que terminó su travesía en las costas de la isla. Traía pasajeros desde el Cantábrico, cuyo destino final era América, Argentina y Uruguay. En el Santa Isabel, el Titanic Gallego como muchos le llamaron, más de 200 de sus pasajeros fallecieron y tres jóvenes de la isla se convirtieron en protagonistas de la tragedia.
Cipriana Oujo, María Fernández y Josefa Parada no dudaron en lanzarse al mar en medio de la oscuridad y el temporal. Con sus pequeñas embarcaciones consiguieron salvar a más de 50 personas, haciendo viajes hasta la parte norte de la isla y trasladando a los heridos a la aldea donde otra joven, Cipriana Crujeiras les esperaba con ropa y comida.
Las heroínas de Sálvora recibieron condecoraciones del mismísimo Alfonso XII y los hórreos de la aldea llevan hoy sus nombres. Mariña incluso ha escuchado que su historia será llevada al cine. Ésto le provocó algunos celos ya que a ella también le gustaría tener su película. La versión edulcorada de multinacional no le había gustado y es que cómo ella decía ¿cómo podían haberla llamado Ariel?. Con lo bonito que es Mariña, la hija del Océano, la que salió del mar por amor y a él volvió cuando su amado perdió la vida.
Menos mal que los guías y las gentes del lugar seguían contando su historia. Incluso el escritor Ramón Cabanillas habló de su leyenda con Roldán y de Sálvora. El sobrino de Carlomagno cayó rendido ante la belleza de aquélla extraña mujer y vivió con ella hasta el fin de sus días. Así nació el primogénito de los Mariño, un niño rubio de ojos azules, y el apellido de los primeros pobladores de Sálvora.
(...) Hai unha illa encantada
de rochedos de coral,
esmeralda verdegaia
ao resplandor do luar,
bicada de manseliñas
aguas de limpo cristal
nas que as sereas ensaian
seu namorante cantar. (...)
Cuando Mariña vio entrar a los visitantes en el pazo ya imaginó que no harían la ruta hasta el faro, contruído tras aquélla noche fatal. Tras la cena sería demasiado tarde para conocer la otra parte de la isla. Excepto si querían encontrarse con la Santa Compaña que acostumbraban a salir bien entrada la noche. Las rocas redondeadas y en equilibrios imposibles servían de escondite para las almas que anunciaban la muerte.
Ella los veía muchas veces caminar lentamente hacia la Praia dos Bois y llegar al cercano islote de Noro. Quizá para visitar al hijo del rey celta que como no podía ser de otra manera también estaba rodeado de leyendas. De un enfado entre celtas y oestrymnios, tribu pobladora de la Galicia más antigua, con el poder de convertir en piedra a su enemigos, surgieron los islotes que rodean Sálvora y muchas de las rocas son en realidad soldados, animales y todo aquél que cayó bajo los efectos de la maldición.
Apenas los vio alejarse, la niebla era muy espesa y en seguida desaparecieron en la noche. Mariña aún así fue prudente y esperó unos minutos más para volver ella también al agua. Esa noche tenía la esperanza de oir a su amado y reunirse con él, muchos marineros de la zona afirmaban que a veces les advertía de los peligros del mar. De lo contrario, Mariña seguiría sirviendo de inspiración a poetas y trovadores, encaramándose a su roca para espiar a los turistas los días de visita y dejando en el océano el brillo de su cola de sirena.
22 Comments
Como muchos de otros comentarios, nunca he oído hablar de esta isla.
Me han encantado las leyenda, muy gallegas, muy tiernas. Y tu manera de contarlas es muy interesante.
Muchas gracias Kate. En vuestra próxima visita por aquí tenemos que hacer una excursión para que conozcais Sálvora. Os encantaría.
Un abrazo guapa.
¿En que otro lugar del mundo podían existir estas leyendas más que en un lugar con nombre de meiga? Porque seguro que alguna de esas “brujas” gallegas podría llevar ese nombre…
Pues podría ser Cris 🙂
Otra cosa no pero leyendas tenemos para contar y no repetir. Cuando vengais por aquí, es una visita muy bonita. Además el paseo en barco hasta llegar a la isla es precioso.
Un abrazo.
Este post ha sido todo un descubrimiento porque creo que nunca había oído hablar de Sálvora y tras leer su historia me atrae muchísimo esta pequela isla. Curioso lo del Titanic español, una historia que desconocía por completo. Me encanta aprender algo nuevo cada día, y más si se trata de viajes y destinos.
Hola Mauxi,
Con las Cíes cerca, Sálvora y el resto de islas han pasado más desapercibidas. Es un lugar lleno de historias, cuando vengas a Galicia visítala si puedes porque merece la pena. ¡Un abrazo!
Hermosas fotos y lindas palabras! Tengo muchas ganas de visitar esta curiosa isla!!!
¡Muchas gracias!Sálvora merece mucho la pena, es como bien dices, curiosa y llena de historia 🙂
Este verano estuve en Galicia y nunca había oído hablar de esta isla. Precioso relato
Gracias Belén, me alegra que te haya gustado. Sálvora al haber sido privada tanto tiempo es poco conocida, además sus visitas son muy restringidas para no dañarla. La próxima vez que vengas por Galicia quizá puedas conocerla 🙂
Ya sólo el nombre de la isla te lleva a lugares desconocidos: Sálvora, suena a salvar, a aventuras y desventuras en la mar. Precioso relato, bonitas fotos . Me ha gustado mucho.
Besos.
¡Qué ilusión que te haya gustado Cris!Tienes razón sobre el nombre, invita a soñar y algo he leído que sí tiene relación con salvar y el mar. Un besazo
No conocía la existencia de esta isla. Bonito relato
Gracias Amaia, es una de las islas menos conocidas de esta zona pero con mucha historia.
Pero cuanto me gusta Galicia!! Pese a ser vecinos, que diferente es todo de Asturias. Me ha encantado el relato de un lugar del que no había oído hablar, y que me ha encantado.
Un abrazo
Carmen
¡Gracias vecina!Me alegra que te haya gustado el relato.
Esas diferencias hacen que seamos aún más ricas en lugares que visitar y conocer 😉
Un abrazo y por aquí ¡os esperamos!
Hola!!! Pues he de confesarte que he tenido que ir a un mapa a buscar Sálvora y vaya diminuta isla que apenas si figura en el mapa. Que linda historia nos traes y que bien se siente saber que ante las adversidades siempre hay gente buena con las mejores intenciones de ayudar. Geniales tus fotos y tu historia. Saludos 🙂
¡Muchas gracias!
Sí que es pequeñita y no muy conocida, la gente que visita Galicia se limita a Cíes y tenemos muchas más islas 🙂
La historia del naufragio será película así que no dudes verla y si vienes por aquí es una visita realmente bonita.
Un saludo.
Que precioso relato. Ademas, el tono del cielo de las fotos, lo complementa especialmente, primera vez que escucho sobre este lugar. Te felicito!
¡Gracias Andrea! Es una isla que inspira muchas historias 🙂
Si algún día viajas a Galicia no dudes incluir Sálvora en tus visitas, te gustaría.
Un saludo.
Emocionante historia de una isla de la que jamás había oído oir. Heroes anónimos los que nos cuentas, aunque con nombre y apellidos, que bien mercen tu homenaje.
Hola Jordi,
Ya leo que la mayoría no habíais oído hablar de Sálvora nunca. Quizá por haber sido una isla privada hasta hace relativamente poco. Sus visitas ahora están muy controladas y ojalá se mantenga así.
Es uno de esos lugares muy especiales en Galicia, teneis que visitarla cuando vengais por aquí.
Un saludo.