Este el primer post que le dedico a Brandenburgo. Tras unos cuantos paseos por la ciudad, hoy os cuento qué ver en Brandenburg an der Havel, una de las ciudades más antiguas de Alemania.
Cercana a Potsdam y a Berlín, quizá por eso poco conocida, tiene muchos más atractivos de lo que a primera vista parece. Además es perfecta para olvidarse del coche. La ciudad del río Havel puede conocerse a pie o utilizando su red de tranvías y autobuses para los lugares más alejados.
Para el paseo os recomiendo calzado cómodo ya que su pasado medieval está presente en algunas calles adoquinadas. Monedas sueltas, hay lugares de entrada gratuita pero con opción a donativos (más que merecidos como el Memorial) y también encontrareis baños públicos pero algunos son de pago. Y algún traductor en el móvil si no sabéis alemán no está de más, pocos os hablarán en inglés u otro idioma paseando por Brandenburgo.
Vamos pues...Willkommen in Brandenburg an der Havel!
Construída en 1165 la catedral de San Pedro y San Pablo es uno de los imprescindibles de la ciudad. Está entre el río Havel y el lago Beetz, en la zona llamada Dominsel que significa Isla de la Catedral, por lo que sólo el entorno ya merece la pena.
El rey Otto I fundó la diócesis de Brandenburgo en el año 948 y desde entonces se han ido reflejando en la catedral distintos estilos arquitectónicos. Fue el primer edificio en construirse con ladrillo visto de la región alemana de Brandenburgo.
El claustro sirvió además como Academia de Caballeros, una escuela fundada en 1706 en la que estudiaban los hijos de la nobleza alemana. Un siglo después se abría a estudiantes de clase media, cerrando definitivamente en 1937.
La visita se completa con el museo y el archivo. En el primero es famoso un bordado que cuenta la historia de la vida de Jesus fechado en 1920. Mientras que en el archivo, el tesoro es un documento de 1244 en el que aparece por primera vez la mención a la ciudad de Berlín.
En la Ciudad Vieja, Altstadt, se encuentra el antiguo ayuntamiento de Brandenburgo. También realizado en ladrillo rojo se construyó a finales del siglo XV y fue el centro de la vida administrativa hasta 1715. Llama la atención por la alta torre y por la fachada posterior con escudos familiares.
Actualmente el edificio principal es un restaurante. También sirvió también como almacén de cereales, fábrica textil y prisión cuando lo compró el ejército. El deterioro y abandono terminó al volver a ser propiedad de la ciudad ya en el siglo XX.
Custodiando la casa del pueblo está la estatua de Roland. Mide más de cinco metros y es una de las mejores esculturas de este héroe popular del norte de Alemania. Durante la II Guerra Mundial fue trasladado y almacenado para que no sufriese daños por los bombardeos.
Además de por armadura, espada y daga, llama la atención por el agujero que tiene en la cabeza a modo de tiesto. Allí depositan los vecinos la Donnerbart, una planta que lo protegerá de posibles rayos.
La cercanía de Brandenburgo con Berlín, hizo que la pequeña ciudad fuese escogida para llevar a la práctica atrocidades nazis. Una antigua casa para pobres construida en 1790 se transformó desde 1939 en un centro de eutanasia. Era uno de los planes de la Aktion T4, una operación cuyo objetivo era probar diferentes formas de matar.
Hubo seis instalaciones de gaseamiento repartidas por el país alemán. Sólo en Brandenburgo los nazis asesinaron a más de 9000 mil personas. Pueden leerse los nombres de 8200 mil víctimas identificadas en dos libros conmemorativos. Eran principalmente niñ@s y adultos con enfermedades mentales o anomalías físicas. Pero también los llamados "asociales", pacientes geriátricos o extranjeros que cumplían trabajos forzados.
En 2012 abrió el Memorial con documentación y fotografías tanto de las víctimas como de sus verdugos. En el exterior siete pilares recuerdan con fotos y textos a algunas víctimas. Las divisiones en el suelo señalan dónde se ubicaban las cámaras de gas y no falta un ramo de flores frescas en uno de los muros.
El interior de paredes negras y luz tenue no es muy grande. Repartida en dos salas hay mucha información sobre las prácticas que realizaban, escritos sobre la eugenesia, medicación empleada o el calendario de los asesinatos. También pueden leerse las biografías de 30 víctimas y datos sobre los trabajadores del centro. Enfermeras, doctores, policías o miembros de las SS que años después protagonizarían la Operación Reinhard contra judíos polacos.
El tranvía empezó a funcionar en 1897 en Brandenburgo y sigue siendo el medio de transporte público más usado en la ciudad. Primero tirado por caballos, y pocos años después electrico, el primer trayecto comunicaba la estación de tren con la plaza Nicolai.
El día que se inauguró el tram los ciudadanos le dedicaron un poema mostrando las ventajas que supondría este medio de transporte, por lo que no es extraño que también cuente con un pequeño museo.
Situado en una subestación eléctrica, al lado del río Havel, abrió al público en 1997. Con el cariño y trabajo de antiguos empleados se reunieron muchos de los objetos que pueden verse en una única sala. Documentos históricos, vieja cartelería, fotos, antiguos billetes de tranvía, uniformes, miniaturas e incluso una réplica de los viejos asientos de madera. Es un visita curiosa para los nostálgicos del tranvía.
Entre las muchos templos religiosos que hay en la ciudad os recomiendo visitar San Gotthardt. Una iglesia con biblioteca, disfraces y unicornios tenéis que conocerla.
Construída en el siglo XII, en el exterior se aprecian elementos románicos, góticos y barrocos. Pero el interior es lo más interesante, con muchos detalles curiosos para descubrir. Cabezas de león que defienden de demonios, un panel pintado que cuenta la Reforma Protestante, los "logotipos" de más de cien teñidores tallados en el púlpito o la pila bautismal de bronce en la que fue bautizado Vicco von Bülow, alias Loriot, ciudadano ilustre de Brandenburgo.
Pero lo que más llamó mi atención fueron los pupitres para colorear al lado de los bancos, las pajaritas de papel en las ventanas, una estrecha escalera iluminada de rojo que conducía a la biblioteca o la sala de disfraces en la que viajar a la Edad Media.
San Gotthardt dio mucha importancia a la educación y sigue siendo una iglesia con muchas actividades para los ciudadanos. Además pertenece a la red de apoyo a refugiados, coordinando actividades como aprender alemán o hacer de traductor en trámites administrativos.
Cerca de la catedral se encuentra el barrio donde años atrás estaban los molinos de agua. Desde el siglo XII se aprovechó el agua del río Havel y sus afluentes. Para mayor beneficio de la energía hidráulica que ofrecían se construyó una presa que fue motivo de discusión entre molineros, pescadores y agricultores de la época.
La mayoría de los molinos eran de madera por lo que fueron desapareciendo tras incendios como el que sufrió el Molino de Cracovia en 1879. Los antiguos almacenes de cereales son ahora edificios residenciales en una de las zonas más bonitas de Brandenburgo.
Aquí se encuentra también el centro principal que indicaba el nivel de agua de Brandenburgo. Una gran casa blanca acompañada de una torre en la que todavía puede verse el antiguo instrumento para medir las crecidas del Havel.
Está justo al final del paseo donde está el mercado de pescado. Una imagen que me recordó un poco a Asia por sus modestas barcas, aguas tranquilas y casas flotantes ahora reconvertidas en restaurantes.
Brandenburg an der Havel fue durante la Edad Media uno de los centros económicos y políticos más importantes del imperio. En el siglo XIII las leyes aprobadas en la ciudad eran adoptadas por toda la región, incluyendo la actual capital Berlín.
Esa notoriedad hizo que a principios del siglo XIV se terminase la fortificación que protegería la ciudad de posibles ataques enemigos. Fosos, muros de piedra, torres y puertas de entrada en la ciudad. Éstas son el ejemplo mejor conservado del pasado medieval de la ciudad y uno de sus atractivos turísticos más fotografiado.
Las torres tienen elementos comunes como el uso defensivo o las estancias interiores (sala de guardia, dos pisos de defensa y una mazmorra). Pero en cada una hay decoraciones, materiales o estructuras diferentes.
Rathenower es la más antigua (1290) y su planta es cuadrada, mientras que la torre del molino (Mühlentorturm) construída en 1411 tiene planta octogonal y unos paneles en forma de ventana que recuerdan a una iglesia.
Las puertas se destruyeron al aumentar el tráfico a principios del siglo XIX. Igual le sucedió a la muralla pero pueden verse algunos tramos integrados en edificios por toda la ciudad.
Y hasta aquí el primer paseo por Brandenburgo. Hay más museos para visitar, casas color pastel y cementerios llenos de historia sobre los que hablaré en próximos post. Mercadillos dominicales, pequeñas tiendas, muchas zonas verdes y calles peatonales que hacen de Brandenburg an der Havel un lugar de lo más recomendable.
Otro día escribiré sobre los planes que podeis hacer por la zona. Hay muchas rutas para andar en bici y hacer senderismo, deportes acuáticos, paseos por el Havel y pueblecitos de cuento rodeados de campo.
¿Os ha gustado la ciudad alemana?¿La conocíais? Merece mucho la pena y es una excursión genial para hacer desde Berlín.
14 Comments
[…] de la A a la Z (cada letra, un lugar), te propone seis escapadas por el norte de Portugal o te dice qué ver en ese Brandemburgo de donde ella no tiene hoy prisa por […]
No conocíamos la ciudad, y eso que estuvimos en Potsdam y en Berlín. Antes de nada destacar la labor desinteresada de la iglesia de San Gotthardt. No siendo yo muy fan de la Iglesia, es loable la ayuda que prestan a los refugiados en la ciudad. ¿Cómo os quedó el cuerpo después del Memorial de Víctimas de la Eutanasia?
Gracias por el paseo por Brandemburgo.
¡Hola Rafa!
Gracias a ti por la visita 🙂
Creo que esa cercanía con Berlín y Potsdam es lo que hace que Brandenburgo sea menos conocida. Pero te aseguro que merece la pena.
Comparto tu opinión sobre la iglesia y creo que no es la única que hace ese tipo de “trabajos”. Me da que por aquí las iglesias son mucho más sociales que en España.
Sobre el Memorial, es suave a nivel visual y tiene mucha información para leer pero sólo en alemán e inglés. Salí sobre todo pensando en cuánto nos queda por saber de esa época. Y mira que hay programas y películas sobre el nazismo, pero…
De todas formas, tras haber visitado campos en Alemania y Polonia, sigo pensando que no hay lugar peor que los Killing Fields de Camboya 🙁
Os esperamos en Brb cuando se pueda volver a viajar!
Apertas.
He conocido una nueva ciudad durante este ratito, toda Brandenburgo parece interesante, pero en concreto me ha sorprendido muchiiiisimo la iglesia de San Goothardt, con su biblioteca y su interés por la educación y valor social, casi que lo marco en el mapa para poder visitarla cuando pueda, me encantaría poder conocerla, y después un buen paseo por el barrio de los molinos y el río, uno de esos momentos relajantes del viaje que tanto me gustan…. Seguid disfrutando de la ciudad 🙂
Hola Luz,
La verdad es que está siendo toda una sorpresa, sobre todo cuando mucha gente me decían que no había mucho que ver en Brandenburgo. Es una ciudad genial para conocer a pie o en bicicleta, tranquila y con muchas zonas verdes para esos momentos relajantes que comentas 😉
La iglesia de San Gotthardt es ya mi favorita de la ciudad. Me encanta que sea más que un sitio para ir a misa o a rezar, ese valor social creo que se ha perdido en la mayoría de templos…
Seguro que tarde o temprano viajareis a Berlin y Brandenburgo es un plan genial para pasar al menos un día 🙂
Un abrazo guapa y ¡felices fiestas!
Gracias por tu explicación de la ciudad. Vivo aquí y realmente tiene algo de encanto. Añadido por estar todo el centro antiguo rodeado por el río havel y canales. Creo que ahora en la primavera es muy bonita
¡Qué poquito tiene que ver la arquitectura de la Alemania del norte con esa tan coqueta del sur! El paseo que nos has ofrecido por Brandenburgo me ha recordado a la arquitectura de Lübeck, una ciudad también con ese tono rojizo del ladrillo y con tanta historia como esta que ahora nos descubres. Deseando saber más de esta ciudad, quien sabe si en un futuro pasamos por allí y podemos saludar a ese Roland gigante. Un abrazo.
Hola guapa,
Supongo que como ocurre en España, ¿no? Donde nada tienen que ver las edificaciones del norte con las casas blancas andaluzas por ejemplo. No conocemos Lübeck así que apuntado queda, me encantan las ciudades con edificios de ladrillo rojo 🙂
Quizá el 2021 haga que nos encontremos junto a Roland para pasear por Brandenburgo.
Un abrazo y felices fiestas.
¡Qué interesante! Desconocía que fuera tan atractiva para visitar, desde luego mucho que patear y conocer. ¡Ojalá podamos conocerla pronto!
Gracias por descubrirnos Brandenburgo 🙂
Brandenburgo es una ciudad muy cómoda para recorrer y con muchos atractivos. ¡Os gustará!
Gracias por la lectura y tu comentario Marta 🙂
Una ciudad de la que no sabía mucho y me ha resultado muy apetecible para visitar en un futuro. Además es genial que pueda conocerse a pie. ¿Sabes si tiene algún mercado semanal o feria?
¡Gracias por tan estupenda información!
Gracias a ti por tu comentario Pepa 🙂
Sí hay varios mercadillos en Brandenburgo pero ahora con el tema del virus no se celebran siempre. Hemos conocido uno de segunda mano que celebran el primer domingo del mes que está muy bien y al que puedes ir a vender tus cosas también. ¡A ver si descubrimos más para contarte!
Me ha parecido muy interesante Brandenburgo, una ciudad de historia y ladrillo. Al final, el nombre nos suena por la Puerta de Brandeburgo de Berlín y poco más conocemos. Asombra ver esta ciudad repleta de historia cruzada por el río Havel. Espero ansioso el resto de tus descubrimientos. Respecto a los memoriales, cuando estuvimos recorriendo Franconia vimos que son habituales en muchas ciudades alemanas porque tienen muy presente su pasado y lo que nunca debe volver a ocurrir. Al final el recuerdo es el arma más efectiva contra la barbarie. ¡¡Un fuerte abrazo!!
¡Hola Jose!
Nosotros también relacionabamos Brandenburgo a la puerta y al concierto de año nuevo 😉
Me gusta tu definición de ciudad de historia y ladrillo, dos cosas que me encantan y creo que a vosotros también. Aún tenemos mucho para descubrir pero pinta de lo más interesante y me parece un destino cómodo y atractivo para venir en familia 🙂
Sobre los memoriales, este de Brandenburgo es el primero que visitamos relacionado únicamente con la eutanasia y la T4. El recuerdo y sobre todo la educación son las mejores armas para evitar atrocidades, pero parece que el hombre no aprende del pasado…
Un abrazo de vuelta familia.