Después de la agradable visita al Pazo de Oca, subí al bus con el resto de compañeros de GaliciaTB. En nuestro paseo por A Estrada y a poco más de diez kilómetros descubrimos el Areal de Berres, un espacio natural cuidado por un vecino con mucho cariño.
A Estrada se encuentra a media hora en coche de Santiago y es una opción perfecta para pasar el día. La localidad pontevedresa es muy conocida, además de por el precioso pazo, por sus carnavales llenos de tradición e historia.
El Areal es una gran área recreativa que cuenta con playa fluvial gracias al río Ulla. Un entorno precioso convertido en museo al aire libre. Entre el paisaje hay un obelisco, con nombres míticos de la geografía gallega como Monte Pindo; una pequeña cabaña, un cruceiro o diversas figuras talladas en piedra con motivos celtas. Además, según nos contó nuestro guía Kike, en el Areal se celebra un San Juan. Una fiesta con música, acampada y hogueras para celebrar la noche más corta del año.
A pesar que el día estaba bastante feo, me encantó pasear por aquella mullida alfombra de hojas. Pero lo que más me gustó y llamó mi atención fueron los árboles: vestidos con unos súper abrigos de color verde fosforito con pinta de ser muy amorosos. La verdad es que si llega a salir David el Gnomo de alguno de aquellos troncos me hubiese parecido de lo más normal.
Con muchas ganas de volver a disfrutar un día con sol continuamos camino, dejando atrás el sueño del último vecino hippy. Con tanto pasear, conocer y descubrir ya teníamos algo de hambre por lo que era perfecta nuestra siguiente parada : o Lagar da Ribela.
Una genial pareja, Jesús e Isa, nos abrieron las puertas de su bodega en la que hacen una sidra ecológica con manzanas de la zona. La sidrería se encuentra en una casa de aldea restaurada y tiene una sala de catas preciosa y muy acogedora.
Yo elegí una sidra con un nombre precioso Bágoas na Choiva (Lágrimas en la lluvia). Además de la ecológica también pudimos probar sidra caliente. Entre pinchos y explicaciones de Jesús se nos pasó el tiempo volando, así que caja de botellas en mano volvimos al bus.
En A Casa da Pastora nos esperaba un menú perfecto para entrar en calor. Una riquísima sopa, un increíble cocido gallego y filloas de postre. La Casa está situada en Tabeirós (A Estrada) y es perfecta para los amantes del turismo rural. Como nota señalar que la profesionallidad de los camareros es de lo mejor que he visto en siglos.
La bendición de la mesa estuvo a cargo del cura Xiao. Una genial interpretación, por un momento cuando lo vi entrar hasta creí que era de verdad, con su pregón propio del Entroido (Carnaval) nos reímos un buen rato.
Y estando en esta zona no podían faltar los representantes del Carnaval: os Xenerais do Ulla nos ofrecieron una divertida actuación (atranque o alto). Se trata de un enfrentamiento dialéctico en el que hacen burla y sátira de temas locales mientras chocan las espadas, propio del carnaval de la comarca del río Ulla desde el siglo XIX.
Después de comprobar lo pesadísimos que eran los sombreros nos despedimos y volvimos al centro de A Estrada. Así terminaba un gran día, organizado increíblemente bien (gracias una vez más Kike). Un día en el que descubrí un pazo de cuento, bebí Bágoas, abracé árboles, pusé rostro a compañeras de la asociación (sí Rocío ¡¡al fin!!) y conocí a otros enamorados de Galicia.
11 Comments
Que paisajes más bellos! No me hubiera extrañado, como dices, que aparecieran gnomos por ahí. Me encanta la cerevza ecológica pero no sabía que también había sidra ecológica.
Pues cuando visites Galicia Jordi ya sabes 😉
La verdad es que yo tampoco tenía idea que había sidra ecológica y estaba riquísima. ¡Un saludo!
Me gusta eso que dices de pasear sobre una mullida alfombra de hojas. Para mi es uno de los placeres de los días de otoño e invierno. Aunque el cielo esté gris como os pasó a vosotros, ese regalo de suelo cubierto de hojas y el olor a bosque compensa.
Un abrazo
A mí también me encanta Cris. La verdad es que a pesar del día algo feo el paisaje era precioso y los colores del otoño hacían que el Areal estuviese aún más de cuentito.
Un beso guapa.
Me encanta cuando escribes de tu tierriña que se nota que el cariño fluye por tus venas y la describes así tan bien 🙂 el Monte Pindo lo conocí de paso y me pareció un lugar increíble, así que ojalá pueda volver y dedicarle más tiempo, a mí los días grises y feos no me molestan, es más si estoy en Galicia y hace sol como que con el verde no me pega ja ja ja un besazo
Hola guapa,
Jajaja, muchas gracias por tu comentario. Ya sabes que no soy nada buena disimulando y sí, se me nota mucho 🙂 Tienes razón con el clima, tenemos lugares que son aún más bellos con días grises y Monte Pindo es un buen ejemplo y perfecto para recordar las historias que allí se vivieron. Un biquiño grande.
[…] Maruxaina y su mochila: Conociendo A Estrada […]
Que pasada, parece en paisaje de las historias de Merlín 😉
Yo estaba esperando que apareciese algún duende!!!
Es un sitio precioso y muy poco turístico 😉
Un saludo viajeros!!
Buenos consejos para realizar una proxima excursion!
Es un lugar muy recomendable Pepa!
Gracias por la visita 🙂