A unos 30 km de Brasov está el famoso castillo de Bran. El lugar más visitado de Rumania por ser fuente de inspiración de Bram Stoker para ambientar su novela "Drácula".
Desde la autogara 2, un poco apartada del centro del Brasov, hay autobuses cada media hora que se detienen justo delante del castillo. El Castelul Bran es una fortaleza medieval del siglo XIII situada en un punto estratégico del país dada su cercanía con la frontera entre Valaquia y Transilvania.
Al bajar del bus, tomamos un café antes de entrar en el recinto pero aún así no evitamos las aglomeraciones. La entrada es de pago, mantener casi 60 habitaciones no es barato y es una propiedad privada después de estar en manos del gobierno durante la época comunista.
Ahora el castillo pertenece a los herederos de la reina María I de Hungría. Un archiduque que vive en EEUU es el dueño junto a sus hermanas Habsburgo y han intentado venderlo sin éxito en varias ocasiones. La última, el año pasado por algo más de 50 millones, no es mucho, pero la condición de no hacer un parque temático sobre el personaje de Drácula espanta a los inversores.
La verdad es que la visita está muy bien si te gustan los castillos. Pero es un chasco si lo que buscas son huellas que te recuerden al sanguinario conde creado por Stoker. Salvo en las tiendas de souvenirs el recorrido por su interior nos mostrará lo que muchos otros castillos: un bonito patio central, incontables estancias, pasadizos y escaleras imposibles pero nada de colmillos, sangre o ataúdes.
El tema es que ni Bram Stoker estuvo en Rumanía ni a los rumanos les gusta que se identifique a su héroe nacional Vlad Tepes con el Drácula de la novela.
Sí se cree que "El Empalador" pasó un par de días en los calabozos cuando el país estaba bajo el imperio otomano. Pero éso a la gente le da igual, juraría que el 90% de las visitas sigue buscando ajos por el recinto y acuden en masa atraídos por las nuevas series-películas de vampiros y novias cadáver.
Resultó algo agobiante por la cantidad de gente que había y es probable que nos quedasen estancias sin visitar. Sí recuerdo una sala con vestidos de época y fotos antiguas donde seguí conociendo a la querida reina María.
Fue el padre de la reina, Luis I de Hungría, quien mandó reconstruir el castillo con funciones comerciales. Por esta zona entre los Cárpatos, conocida como el Estrecho de Bran, pasaban mercancías traídas de Asia hacia Europa. Pero también para defenderse de Valaquia antiguo país independiente y hoy parte de Rumanía, de hecho las 4 torres del castillo indican los puntos cardinales.
Acortamos la duración de la visita porque era realmente complicado pararse a ver algo, los gritos y atascos en las escaleras y pasillos superaron mi infinita paciencia. Fuera lloviznaba, recuerdo muy vagamente las casetas de madera que lo mismo vendían una máscara de Scream o una cartera de Hello Kitty que souvenirs relacionados con Drácula.
Los jardines estaban vacíos, por ese "temor" de la gente a cuatro gotas de agua, así que paseamos un rato antes de ir a la parada del autobús que nos acercaría a Rasnov. El silencio, un verde lleno de vida y sobre todo la belleza de los nenúfares contrastaba con las macabras historias que de aquél lugar se contaban. Me marché de allí con ganas infinitas de conocer mucho más de Vlad Tepes, personaje tan interesante como olvidado.
He leído que ahora el dueño quiere dejar la gran manzana y volver a Rumanía para recordar momentos de infancia en el castillo a sus casi 80 años. Mientras tanto muchos seguirán vendiendo colmillos ensangrentados a los emocionados visitantes a los que Drácula mordió en el cine demasiado profundamente.
9 Comments
La verdad es que no recuerdo que la visita fuerta tan agobiante en cuanto a gente y, aunque el Conde Drácula poco tenía que ver con el castillo, la visita me pareció muy entretenida. Veo que también fuísteis a Rasnov. Nosotros también!
Un beso!
Una entrada muy entretenida…pero una pregunta, ¿ese café antes de la visita fue que os diera fuerzas por si se aparecía algún vampiro? Jejejeje… es broma. Lo que no parece broma es que los dueños no consigan vender “la casita”, porque con la historia que la acompaña (real o no) a ver quien es el guapo.
Un abrazo
[…] Maruxaina backpack. Restless and curious, tells of a long journey and this chapter details over Bran Castle. Details, history and many photos lead us […]
Tienes razon, viendo el interior del castillo luce de lo mas normal, nada que ver con lo que uno se imagina seria el castillo de Dracula (aunque sabemos que es una novela)… creo que con este lugar sucede lo mismo que con “La casa de Julieta” en Verona, sabemos que es una historia sacada de un libro pero queremos ver esos lugares que la inspiraron.
Saludos 😀
Nosotros estuvimos el mes pasado, fuimos un sábado y estaba lleno de gente. La chica con la que íbamos que es rumana, nos contaba que ellos (los que se dedican al turismo) prefieren que se convierta en un parque temático de Drácula para atraer más turistas, aunque Tepes nunca haya estado allí…
Pero es una visita interesante, aunque haya mucha gente!
Qué miedooooooo !!
Jajajaja… buenísimo el post, me ha encantado.
Saludos viajeros
El LoBo BoBo
Cuántas veces hemos aprovechado la lluvia para pasear tranquilamente por zonas turísticas, eso y el calor es el mejor repelente las masas.
Bonito castillo. Me han gustado las armaduras, me han parecido diferentes a las que se ven habitualmente.
Saludos Viajeros
Pues yo había leído que ése no era el auténtico castillo de Vlad Tepes (¿?) Ni idea. Y qué hacía la gente gritando por las escaleras? Están fatal de lo suyo.
Tengo muchas ganas de ir a Rumanía, pero con mucho tiempo para perderme por todas partes.
Muaca.
Cuando una leyenda se apodera de un monumento es difícil separarlos. Vaya rollo cuando llegas a los sitios y están abarrotados de gente…yo me hubiese ido también a los solitarios jardines. Un saludito 🙂