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Cementerios del Mundo.

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En mis viajes hay visitas que son fijas. Da igual el destino, siempre añadimos al itinerario un mercado, un templo religioso y un cementerio. En el post de esta semana os invito a conocer los cementerios del mundo que más han llamado mi atención.

Si bien hay gente a la que le da mal rollo visitar camposantos a mí me parecen lugares de lo más interesantes. Son fuentes de información del pueblo o ciudad y otra forma de conocer a los lugareños. Turismo Necrológico o Necroturismo lo llaman desde hace unos años. Ya sea por su ubicación, por sus obras artísticas o por sus ilustres enterrados hay cementerios que merecen una visita y son incluidos en muchas guías turísticas como imprescindibles.

Hoy nos vamos de visita por el mundo a través de sus necrópolis. Desde Dumbría hasta Buenos Aires, pasando por París, Edimburgo o el último que hemos conocido en Brandenburgo.

Colores (Dumbría, A Coruña)

 

En la Costa da Morte, concretamente en Dumbría, conocí hace unos años uno de mis cementerios favoritos. El diseño de Rosana Pichel, arquitecta pontevedresa, incluyó puertas de acero corten y llamativas lápidas de colores.

Un proyecto lejos de los típicos camposantos gallegos, de mucha piedra y cero color, que fue muy bien acogido por los vecinos. Las 200 coloridas lápidas no tardaron en venderse.

Está integrado perfectamente en un entorno boscoso ya que las vigas que cubren el lugar tienen cierta flexibilidad para imitar el movimiento de los árboles. El tanatorio anexo tampoco se parece a los que podamos tener en mente. Un espacio con mucha luz natural y bonitas imágenes como de la cercana Carballeira de Berdeogás.


 

Santa Ifigenia (Santiago de Cuba, Cuba)

 

En las afueras de Santiago de Cuba visitamos el cementerio de Santa Ifigenia. Fue inaugurado en 1868 siendo de los más antiguos del país. Tiene más de ocho mil tumbas y sus mausoleos y esculturas en granito y mármol lo convierten en un museo al aire libre.

Santa Ifigenia es muy visitado ya que en él se encuentran enterradas notables personalidades cubanas como Mariana Grajales o Carlos Manuel de Céspedes. Pero es el héroe nacional José Martí su mayor reclamo, para nacionales y extranjeros. Una bandera cubana y flores acompañan al escritor y político cubano. Su mausoleo de forma hexagonal mide 24 metros de alto y está permanentemente vigilado, con cambio de guardia cada 30 minutos.

Ahora son más quienes se acercan por este cementerio ya que en 2016 fue enterrado Fidel Castro. Su tumba es una roca redondeada con una sencilla placa negra en la que pone Fidel. Para acercarte debes ir por un camino específico, vigilado por la guardia nacional y por tiempo limitado.


 

Père-Lachaise (París)

 

A Père-Lachaise nos llevó Jim Morrison. El cantante de The Doors está enterrado en el más grande de los cementerios de París. Más de setenta mil tumbas, mucha vegetación y notables personalidades hacen que sea la necrópolis más visitada del mundo.

En 1804 cuando se abrió no fue bien aceptado por estar situado en las afueras de la ciudad. Años después Balzac lo mencionó en su obra Le Père Gariot y los restos de Molière o los amantes Eloisa y Abelardo fueron trasladados a Père-Lachaise. Esta publicidad casual hizo que los parisinos cambiasen favorablemente de opinión.

Para visitar el cementerio hay un plano en el que pueden leerse nombres como Edith Piaf, Comte, Oscar Wilde o Delacroix. Más de 4000 mil árboles hacen que sea como un gran parque y es normal cruzarse con locales paseando.


 

Bonaria (Cagliari, Cerdeña)

 

Las esculturas de Bonaria son las más bonitas que he visto en un cementerio. No me canso de recomendar visitarlo si alguien me dice que viajará a Cagliari.

Fue necesario tras la epidemia de cólera de principios del siglo XIX. El lugar elegido ya no era pegado a una iglesia, porque desde 1827 un edicto obligaba a ubicar los cementerios en zonas alejadas y aireadas. Y dónde mejor que en la colina del Buen Aire para evitar problemas de salud e higiene.

Además de por el nivel artístico de las esculturas que decoran las tumbas y mausoleos, las vistas son otro buen motivo para visitar este cementerio. Una visita para mí imprescindible en la ciudad sarda.


 

Asilah (Marruecos)

 

A unos veinte kilómetros de Tánger en la bonita Asilah conocimos el primer cementerio marroquí. Con los años visitamos el de Salé, Chauen o Marrakech pero el de la antigua Arcila es el que más me gustó.

En los cementerios musulmanes las tumbas deben estar en dirección a la Meca, sólo con el nombre del fallecido y no se adornan con flores. Suelen ser enterrados sin ataúd, directamente sobre la tierra envueltos en una tela blanca.

Para ser exactos, lo vimos desde el mirador de la localidad costera. Estrechas lápidas de cerámica multicolor contrastan con el blanco de los muros y casas que lo rodean. Un lado da directamente al Atlántico mientras el otro a la medina marroquí llena de arte. Asilah celebra desde los años '70 un festival en el que artistas de todo el mundo pintan las calles con preciosos murales.


 

Highgate (Londres)

 

Highgate se ubicó en el norte de Londres, cuando en las pequeñas necrópolis del centro de la ciudad no había más espacio. Es el único cementerio de pago en el que he estado y una visita llena de historia que puedes hacer en la capital inglesa.

En 1839 se abrió la parte del oeste, al que sólo puede accederse en visita guiada, y quince años después se amplió por el este, que es actualmente la zona de pago. Fue un cementerio de ricos, como reflejan los mausoleos victorianos, las capillas góticas o el paseo egipcio con obeliscos incluidos.

La tumba más visitada (y más atacada también) de Highgate es la de Karl Marx. Bajo el gran busto del político alemán, autor de "El Capital", no faltan las flores rojas. Otros moradores ilustres son el escultor Henry Moore y Elisabeth Siddal. La pintora, poeta y modelo inglesa que fue Ophelia del maravilloso cuadro de Millais. Más recientemente, en 2017, fue enterrado el cantante George Michael junto a la tumba de su madre.


 

San Michele (Venecia)

 

En Venecia además de canales, iglesias y góndolas hay un bello cementerio. San Michele ocupa prácticamente todo el terreno de una isla que no llega al kilómetro cuadrado. Se puede llegar en vaporetto y es una visita distinta si quieres escapar de lo típico en la ciudad del Carnaval.

Empezó a funcionar durante la época en la que Venecia estaba bajo dominio de Napoleón. Una vez más por alejar posibles enfermedades que provocaba tener un camposanto entre viviendas. Unas elegantes góndolas negras, las barca dei morti, trasladaban a los difuntos hasta San Michele.

Entre tumbas de venecianos descansan eternamente extranjeros como el compositor ruso Stravinsky, el fundador de los Ballets Rusos Sergei Diaghilev o el poeta estadounidense Ezra Pound. Hay zonas para distintas confesiones religiosas y para colectivos como el de los gondoleros. La iglesia neobizantina San Cristóforo completa la visita a este peculiar cementerio veneciano.


 

Cadaqués (Girona)

 

Caminando hacia la Casa-Museo de Dalí en Portligat conocimos la bonita ermita de San Balmiri. Un ciprés indicaba la entrada al cementerio de Cadaqués, pequeño y con aire marinero, perfectamente integrado en el paisaje de la Costa Brava.

A diferencia de la mayoría de cementerios que son municipales, éste es gestionado por el antiguo Hospital de Pobres de Cadaqués. Una institución benéfica creada en 1339. Y a diferencia también de otros camposantos, en este la belleza casi está más en el exterior que en el interior. El mar y los olivos, la ermita blanca, buganvillas adornando pequeñas casas...

Paseando en el pequeño recinto se aprecia el distinto poder adquisitivo de las familias. Bloques de sencillos nichos, muchas referencias marineras y elegantes panteones. Destaca la escultura Noia, una mujer con larga melena de Josep Llimona. uno de los artistas más destacados del modernismo catalán. También están aquí enterrados el padre y la hermana de Salvador Dalí.


 

Recoleta (Buenos Aires, Argentina)

 

Antes que cementerio fue la huerta de los monjes recoletos. De ahí el nombre del exclusivo barrio bonaerense, La Recoleta, y del primer camposanto público (1822) de la capital argentina.

Al diseño del francés, Próspero Catelin, se unió la competencia entre familias para ver quien construía el panteón más esplendoroso. Importantes arquitectos y escultores trabajaron en las tumbas y mausoleos durante el siglo XIX. El resultado se tradujo en que hay noventa bóvedas declaradas Monumento Histórico Nacional.

Entre las más de cinco mil tumbas hay nombres de deportistas, presidentes de la nación, escritores o Premios Nobel de la Paz como Carlos Saavedra. Pero sin duda, Eva Duarte Perón es la más visitada. Tras más de veinte años por el mundo, embalsamada por un español, el cadáver de Evita fue enterrado en el panteón de la familia Duarte. Está bajo dos planchas de acero y a cinco metros bajo tierra.


 

Greyfriars (Edimburgo)

 

En una ciudad llena de leyendas y misterios como Edimburgo no podíamos saltarnos la visita a un cementerio. En realidad conocimos dos: Old Calton, donde está enterrado David Hume y Greyfriars, el más turístico, situado en el centro histórico.

Desde hace unos años está más concurrido porque dicen que J.K.Rowling paseaba por este cementerio. Algunos personajes de sus libros tienen los apellidos de los enterrados en Greyfriars. Y el exclusivo colegio que limita con la necrópolis inspiró al del niño mago.

Antes el motivo principal era ver la tumba de Bobby, el perro más famoso de Edimburgo. Una lápida con flores y juguetes lo recuerda en la entrada, pero en realidad está enterrado en un muro exterior por ser perro, y en el cementerio no pueden entrar animales.

Los alrededores de la iglesia de Greyfriars, que podrían parecer un bonito jardín, son también el escenario de historias macabras. Como las relacionadas con George Mackenzie, conocido como el Sanguinario, y que algunos dicen seguir viendo merodear por el lugar.


 

Ons (Isla de Ons, Pontevedra)

 

Rodeando la capilla de San Xaquín (San Joaquín) están las tumbas de los fallecidos en la isla de Ons. Por su ubicación y sencillez es uno de los cementerios más bonitos que he visitado. El muro de piedra lo separa del bosque y del océano, no hay bloques de nichos ni grandes mausoleos. Todas las lápidas están directamente sobre la tierra.

Los apellidos se repiten y cuentan la historia genealógica de la pequeña isla. Llama la atención el alto número de bebés. Falta de transporte y pequeñas infecciones que no se solucionaban a tiempo son algunas de las causas que lo explican. Los años '70 fueron los últimos de actividad del pequeño cementerio ya que muchos isleños se trasladaron a la península.

Buscando información sobre el lugar encontré una curiosa web que se trata de identificar los enterrados en el camposanto de Ons ya que muchas letras apenas son legibles. Mediante fotos ha ido poniendo nombre a los antiguos habitantes de la isla para que no se pierda su historia.


 

Agramonte (Porto)

 

Si te gusta el necroturismo en Portugal, en general, y en Porto, en particular, hay multitud de cementerios para visitar. He elegido el de Agramonte considerado por muchos el más bello de la ciudad del Duero.

Fue inaugurado en 1855 y al principio a los burgueses no les gustaba la idea de estar enterrados junto a muertos de cólera. Enfermedad que había provocado la construcción del nuevo cementerio. Además no tuvo una capilla "decente" hasta casi veinte años después ya que la primera era de madera, poco apta para la adinerada clase social.

Su riqueza monumental está en obras de artistas como António Soares dos Reis o António Teixeira Lopes. Esculturas de mármol, impresionantes panteones familiares y cortinas de encaje blanco, que cubren las ventanas de los mausoleos, contrastan con lápidas y nichos humildes. Las largas calles recuerdan a los cementerios parisinos y durante el paseo pueden verse camelios, magnolios y cedros, además de los siempre presentes cipreses.


 

Hauptfriedhof (Brandenburg an der Havel, Alemania)

 

El último cementerio que he conocido es Hauptriedhof en Brandenburg an der Havel. Está literalmente dentro de un bosque por lo que es fácil cruzarse con gente paseando o ver ardillas de árbol en árbol.

Dentro del recinto pero separado hay un pequeño cementerio judío, el Jüdischer Friedhof. Poco más de diez lápidas, todas negras sobre el vivo verde de la hierba. Siempre están adornadas con flores.

En la parte más antigua hay cruces de piedra llenas de verdín, lápidas rotas y tumbas cubiertas de maleza. El resto de Hauptriedhof está de lo más cuidado, muchas plantas, flores y adornos. Sobre todo en la zona, rodeada de setos, donde están enterrados los más pequeños.


 
 

Y hasta aquí el paseo de hoy. Ya me contarás si también os gusta visitar cementerios o si crees que es algo macabro o raro. En mi caso, como os comentaba al principio del artículo, son una fuente de información. Buscando sobre alguna tumba curiosa o llamativa he llegado a historias increíbles que no hubiese conocido del lugar de otra manera.

Me encantará también leer tus recomendaciones sobre otras necrópolis interesantes para visitar. Y si quieres leer más sobre alguno de los cementerios mencionados aquí te dejo los enlaces:


16 Comments

  1. Ya sabes que nos encanta conocer las historias de los cementerios que visitamos, pero tu mérito es que le descubriste el cementerio de Dumbría a un “rapas” da Costa da Morte. Lo visitamos no hace mucho y nos encantó. El de Edimburgo también lo visitamos, y el de París es uno de los que más ganas tenemos de conocer. A ver si dentro de poco me animo y publico un artículo sobre el de Pereiró.

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Jajaja! Me alegro de descubrirte algo “rapas” 🙂 Sin duda el de Dumbría es de los cementerios del mundo que más me han gustado.
      El cementerio de Pereiró tengo que incluirlo porque es de los más bonitos de Vigo en cuanto a esculturas y panteones. Si vas por Vigo te recomiendo el de Alcabre, no es tan majestuoso, pero su ubicación es prefecta, cerquita del mar.
      ¡Un abrazo!

  2. Rubén dice:

    Excelente post, a mí también me encanta hacer necroturismo en aquellas ciudades que visito. Me ha alucinado el cementerio de Colores, nunca había escuchado sobre él pero me parece increíble su diseño. Pere Lachaise también lo visité motivado por Jim Morrison, Oscar Wilde y Honore de Balzac y la verdad que me encantó. Yo recomiendo siempre el cementerio de Chichicastenango en Guatemala, muy colorido y tuve la suerte de visitarlo en domingo que es día de mercado y los familiares se reunían en los ataúdes para conversar con sus difuntos y practicar ritos mayas y es que el sincretismo triunfa en Guatemala mezclando la religión católica con ritos mayas. Toda una experiencia que te recomiendo. Tomaré nota de tus recomendaciones y visitaré el cementerio si viajo a Cagliari. Un abrazo

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Hola Rubén,
      Pues este año quizá puedas acercarte a Dumbría y conocer el cementerio de colores, merece la pena. El de Cagliari, ciudad que te gustaría, es espectacular y uno de los más bonitos esculturalmente hablando que he visitado.
      Me encanta la información que me cuentas sobre el de Chíchicastenango y qué bueno que pudieses visitarlo en domingo. Sin duda lo conoceré cuando algún día viajemos a Guatemala, un país al que le tengo muchas ganas.
      Un abrazo y ¡buen domingo compañero!

  3. Kris dice:

    No hay ciudad que visitemos en la que nos pasemos, al igual que vosotros, por un cementerio y un mercado. Es una forma de acercarse a la vida y la muerte de cada lugar. Hay quien opina que los cementerios son lugares tétricos. Otros que no se deben convertir en una visita turística. Yo creo que siempre que se haga con respeto, visitar un cementerio es igual que entrar en una iglesia que tenga el suelo cubierto de tumbas ¿verdad?. Conozco algunos de los cementerios de los que hablas, recuerdo el paso por el de Londres con mi prima. Había niebla, y resultaba de los más decimonónico. Nosotros hemos visitado cementerios en los que las flores era de papel de periódico en Perú, otros católicos en ciudades budistas en Sri Lanka, muchos cementerios musulmanes y varios budistas. Cada uno tiene algo especial, pero si quieres que te haga alguna recomendación, ahora mismo me viene a la mente el de Núremberg con sus sencillas tumbas entre las que se encuentra la de Durero. Ahora que estás por tierras alemanas, igual te animas a visitarlo. Un abrazo

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Totalmente de acuerdo Cris, siempre con respeto y evitando a quienes están en el momento de duelo. A mí no me resultan nada tétricos y me parecen un lugar perfecto para conocer el lugar que visitamos.
      Curioso lo que comentas de las flores de papel de periódico, en Galicia con las lluvias sería complicado jajaja. Sí tenemos muchas ganas de conocer Nuremberg y no sabia que Durero estaba enterrado en su cementerio. ¡Gracias por la info!
      Un abrazo guapa.

  4. Pues no habíamos caído en la cuenta hasta ahora pero (haciendo memoria) nosotros también solemos incluir en nuestros viajes una visita a un mercado, a un templo y a un cementerio… 😉 Aunque está claro que nos llevas la delantera en esto de visitar cementerios del mundo. ¡Menuda recopilación!

    Los que más nos han gustado e incluiremos como visita en futuros viajes son el cementerio de Colores, el Highgate de Londres y el de Cadaqués. Y como recomendación, te aconsejamos visitar el Cementerio Inglés de Málaga capital, que fue el primer cementerio protestante en la Península. 😉

    Saludos.

    • Maruxaina Bóveda dice:

      ¡Qué bueno! Si al final coincidimos en un montón de cosas 🙂
      Me han quedado muchos cementerios en el tintero y ha sido difícil elegir. Vuestra selección es genial, el de Colores en Dumbría, además de ser yo creo el más original que he visto, es otro buen motivo si no conocéis la zona. El de Cadaqués fue una casualidad y también está en un entorno espectacular. Y para Highgate elegir calzado cómodo e ir con tiempo porque aquéllo es infinito y merece la pena patearlo.
      Apuntadísimo queda el de Málaga, he buscado fotillos y pinta interesante 😉
      Un abrazo pareja.

  5. Luz E. dice:

    Me ha encantado volver a releer sobre el cementerio de Bonaira, en su día me pareció super interesante, y estoy deseando visitarlo. Nosotros también somos de visitar cementerios, aunque no siempre, sólo si conocemos algo especial de él, o lo encontramos por casualidad… Además del de Edimburgo, por razones turísticas más que culturales, no hemos visitado ninguno más de los que mencionas, aunque me quede con las ganas de cruzar en barco al del Venecia… Pero no pudo ser otro viaje.
    De Londres no encantan muchísimos, aunque el primero que visité fue el de Highgate, que no se sí porque entré por otro lado o porque fue hace como 6 años… pero no había que pagar. Eso sí, estaba al lado de mi casa y puede que entrara por donde no debía. En fin, que cementerios como el de Bunhill que encontramos por casualidad y es precioso, o el cementerio de Brompton, que inspiro a Beatrix Potter para dar nombre a sus personajes y tiene un misterioso mausoleo que no se puede abrir, además de, la que dice, una de las cinco máquinas del tiempo de Londres… A este último sí que fui a visitarlo a propósito, ya que lo conocí gracias a Nuria Perez, en su podcast el gabinete de las curiosidades… Es hablar de ella y me emociono, si no lo conoces, estoy segura de que te encantaría. En fin, un placer volver a leer sobre este interés tuyo. Saludo 🙂

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Hola Luz,
      Tanto el de Bonaire como San Michele merecen mucho la pena, el primero por su patrimonio artístico y el veneciano por su curiosa ubicación. Sobre Highgate quizá cobren desde hace poco o sí haya lugares por los que colarte. Si Marx levantara la cabeza…
      Espero volver a Londres y conocer los que recomiendas. ¡No tenía ni idea de lo de la máquina del tiempo!
      Buscaré el podcast que me comentas 😉
      Un abrazo guapa y ¡gracias por la visita!

  6. JOSE D. dice:

    Nosotros también tenemos la costumbre de visitar cementerios en nuestros viajes. Cada cultura y cada religión tiene una visión propia de la muerte, y ver cementerios es una manera de descubrirla. Algunos cementerios si dan un poco de mal rollo, sobre todo a determinadas horas, de hecho, visitamos Greyfriars al atardecer y te prometo que tuve mal cuerpo varias horas. Me ha sorprendido enormemente el cementerio de colores de Dumbría, que efectivamente no parece gallego. Père-Lachaise quizás sea la necrópolis más visitada del mundo, pero a nosotros no nos dio tiempo cuando estuvimos en París. Bonaria lo conocimos gracias a ti, y estamos deseando visitar Cagliari para verlo. De los que hemos visto por el mundo, nosotros nos quedamos con el Cementerio del Dean en Edimburgo, en el que nos ocurrió una curiosa anécdota que algún día contaremos, el Cemitério dos Prazeres en Lisboa, el Cementerio Monumental de Milán, que tiene un nivel artístico excepcional, el cementerio de Arlington y como curiosidad el Cementerio Británico de Madrid, que no mucha gente conoce. Creo que nos has animado para escribir sobre cementerios . Un abrazo

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Hola Jose,
      Ya sabía que os gustaría el post, conozco vuestro interés por visitar cementerios por el mundo 🙂
      Nosotros también visitamos Greyfriars casi de noche, un frío enero, pero no “notamos” nada…Quizá tu malestar tuvo que ver con la presencia del sanguinario Mackenzie!
      Tomo nota de los cementerios que mencionas porque no conozco ninguno. Como sé que volveremos a Edimburgo, tarde o temprano, iremos al Dean y ya me contareis esa anécdota…
      Para vuestra próxima visita por Galicia teneis que acercaros a Dumbría, porque además del chulísimo cementerio de colores es una zona preciosa. Y Bonaria os encantará, ojalá pronto podais viajar a la ciudad sarda.
      Espero vuestro post de cementerios pues 😉
      Un abrazo familia.

  7. Olga dice:

    Muy interesante y útil tu información. En cuanto pueda, seguiré las huellas que dejaste en mi imaginación. Muchas gracias.

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Hola Olga,
      Muchas gracias por tu comentario 🙂
      Ojalá puedas visitar alguno de ellos, ¡todos merecen la pena! ¿El de Santiago de Cuba lo conoces?
      ¡Un saludo!

  8. Pepa Álvarez dice:

    Estoy de acuerdo con lo que dices, a mi también me gusta visitar cementerios 🙂 El de Recoleta es impresionante, el de París muy entrañable pero el de Cagliari me sigue gustando más que ninguno. Ganas de visitar el de Dumbría y sus lápidas de colores.
    ¡Gracias por la información!

    • Maruxaina Bóveda dice:

      Hola Pepa,
      Cada vez hay más gente que se anima a conocer cementerios cuando viaja. El de Cagliari es un museo al aire libre. Dumbría es una zona preciosa para visitar (cuando se pueda) y su cementerio de colores un imprescindible junto a la cascada de Ézaro.
      ¡Gracias por la visita!

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