Mi despertar en Praga no fue tan apacible como me hubiese gustado. Me despertó el ruido de llaves.¡¡Estaban intentando entrar en el estudio!! Mi cara debía ser un cuadro al abrir la puerta pero a aquella mujer no pareció importarle. Es más se quedó detrás de la puerta, en lugar de bajar al vestíbulo como le había dicho, esperando mientras yo intentaba que se me abriesen los ojos.Venía a cobrar las dos noches reservadas pero habíamos quedado a las once y que entrase como perico por su casa no me parecía normal. La incómoda situación se salvó porque yo no tenía ni un café encima y mi nivel de checo era como el suyo de inglés así que tras intercambiar dineros y un par de sonrisas forzadas se marchó.
Bajamos a desayunar, debajo del edificio había un café y un gimnasio del que no dejaba de entrar y salir gente. Mucho movimiento para ser domingo, parejas en patines, paseantes con canciños y gente guapa en mallas saliendo a fumar y a chequear el móvil. Me cansaba solo verlos, no había dormido demasiado y notaba la paliza de viaje del día anterior. Sin planes, la opción más lógica hubiese sido ir al centro y empezar a ver todos los lugares recomendados y apuntados en mi libreta. Pero no tenía muchas ganas de grandes aglomeraciones así que tras buscar un poco en internet descubrimos que en nuestra zona había un rastro que pintaba muy bien.
En el Distrito 9 se celebra, desde 2004, el Flea Market de Kolbenova: el rastro más grande del país. Los sábados y domingos por la mañana es un paraíso para curiosear entre cosas nuevas y viejas, muebles, ropa, libros, discos, sellos, largos abrigos de época comunista, juguetes olvidados y mil cachivaches. Pero también flores, productos locales y puestos para tomarse una cerveza y comer. Hay que pagar 20 coronas por entrar y está abierto a quien quiera poner su puesto (previo pago), Cierra a la 13,30 y no nos dio tiempo ni a ver la cuarta parte aunque sí picamos y nos fuimos súper contentos con nuestros tesorillos.
Justo enfrente del rastro habia un súpermercado abierto así que aprovechamos para comprar algunas cosas para el apartamento. De camino paramos en una bonita cervecería para probar nuestra primera cerveza Checa, aprendimos que por pequeña entienden medio litro y aguantamos estoicamente la cara del camarero que sonreía ante nuestro estómago poco cervecero.
Cocinamos pasta china y el silencio y sueño acumulado hicieron que nos quedasemos dormidos. Pensándolo ahora, creo que es la primera siesta durante un viaje desde hace ni me acuerdo. La idea de que aquél fuese un viaje slow estaba funcionando. Nos habíamos propuesto tomárnoslo con mucha calma, no poner el despertador ni ver la hora, pero aunque me sabía la teoría, mi alarma interior hizo que pasadas las cinco ya estuviese como loca por salir a callejear.
Caminamos hasta la estación de metro, con un billete para 30 minutos nos llegaba para acercarnos al centro y preguntar en la estación central cuál era la mejor opción para esos días, porque la máquina seguía igual de incomprensible que el día anterior. Las escaleras eran de foto pero con lo patosa que soy preferí agarrarme al pasamanos, el metro de Praga fue usado como refugio durante la guerra, de ahí su profundidad y la velocidad a la que bajan/suben es importante. Lo bueno es que en el plano de los vagones hay dibujitos de las atracciones turísiticas que se corresponden con las paradas así que es imposible perderse.
Con la línea amarilla llegamos a Namesty Republiky y lo primero que me llamó la atención fue un precioso edificio modernista delante del cual vimos nuestro primer concierto callejero en Praga. Mientras sonaba la música entramos en la Obecní Dum, la Casa Municipal,aquí se firmó la independencia con el imperio austrohúngaro naciendo así la República de Checoslovaquia.Años depués, durante la Revolución de Terciopelo, el Foro Cívico de Havel se reunia aquí con el gobierno comunista. Actualmente hay unos restaurantes increíbles en la planta baja y sus salas son usadas para exposiciones, siendo muy conocidos los conciertos en el Salón Smetana.
Un puente cubierto la conecta con la Torre de la Pólvora, una de las trece entradas que había a la Ciudad Vieja, fue construida en el siglo XI y llamada de la Montaña porque de aquí salía la ruta hacia Kutna Hora, hasta que comenzó a usarse como depósito de pólvora en el siglo XVIII. Entre sus piedras negras pueden distinguirse esculturas de reyes bohemios, santos o ángeles, es realmente bonita a pesar del tráfico y las limusinas de despedidas de soltero aparacadas justo debajo. Cuesta un poco, pero conseguí imaginarme a engalanados reyes iniciando desde la torre el Camino Real hasta el Castillo, el día de su coronación o la salida de ilusionados comerciantes en su viaje hacia las minas de plata.
No subimos a la torre porque la cola era enorme, aún siendo de pago, todos cámara en manos, para conseguir una buena foto desde sus más de cuarenta metros de altura. A pie de calle era realmente complicado que ningún turista despistado se plantase sin más delante de tu objetivo.
Siguiendo la calle que conectaba la Ciudad Vieja con la Nueva, Na Prikope, el colorido de unos ladrillos llamó nuestra atención, una genial iniciativa de una ONG para recaudar fondos en una calle que podría ser la de cualquiera ciudad europea: tiendas de lujo, restaurantes y terrazas en auténticos palacios de estilo clásico, rococó o barroco.
En el boulevar central de Václavaské Namestí, de espaldas a la Plaza Wenceslao, un hombre comía una sandía sirviéndose solo de una tarjeta de crédito con una calma que contrastaba con su alrededor. Nosotros nos sentamos a beber algo enfrente del Grand Hotel Europa, estaba cerrado y me perdí ver su interior, pero igualmente me enamoré de aquél edificio. En él Kafka, que trabajaba allí cerca, leyó su obra La Condena.
Llegamos al archi conocido Reloj Astronómico, ya en la parte vieja de la ciudad, llamada Stare Mesto. Está en la pared sur del viejo ayuntamiento, me gustaron mucho las figuras de la vanidad, la muerte, la avaricia y el turco, que representaba el mayor enemigo del cristianismo. La gente se turnaba para hacerse fotos bajo el reloj medieval más antiguo de Europa, del año 1410, esperando para ver a los apóstoles que dan las horas. Las ventanas por las que se asoman eran las de las celdas de prisioneros aristocráticos y como singularidad: es el único reloj del mundo que da la hora babilónica.
Intentando evitar palos selfies y banderitas de grupos organizados nos alejamos del reloj no sin antes hacer una foto de recuerdo al edificio donde Kafka pasó algunos de sus años escolares. La Casa U Minuty, es llamada así por la tienda que vendía pequeñas cantidades de tabaco (Casa Diminuta) y en sus esgrafiados pueden verse a Adán y Eva, miembros de la familia Habsburgo o alegorías de la Valentía o la Sabiduría.
La última parada fue delante del Teatro de los Estamentos, donde cómo no podía ser de otra manera, sonaba Mozart. Unos músicos interpretaban sus obras desde el pequeño balcón de uno de los teatros más antiguos de Europa. Escondida entre andamios estaba una escultura y placa conmemorativa que recordaba que fue en este lugar donde se estrenó en 1787 con gran éxito Don Giovanni, ópera dedicada a los praguenses. Milos Forman aprovechó para rodar aquí algunas escenas de Amadeus, una película que vi demasiado pequeña y de la que sólo recuerdo la insoportable risa del genial compositor.
Fue construido por un aristócrata en su propio terreno con la autorización del emperador José II, que no hizo caso a las protestas de los vecinos, ya había un teatro cerca y no querían competencia. Al colocar la primera piedra encontraron una bolsa con monedas de plata lo que sin duda fue un buen augurio para un teatro que lleva en funcionamiento de forma ininterrumpida desde 1783. Aquí también actuó el violinista Paganini y se representó en 1834 la comedia musical Fidlovačka, uno de sus temas Kde domov muj (Dónde está mi hogar) se hizo tan popular que en 1920 se convirtió en el Himno Nacional Checo. Ese mismo año pasó a ser la Segunda Escena del Teatro Nacional ya que el heredero del conde lo vendió al pueblo.
Volvíamos a la estación de metro cuando de nuevo la música nos hizo cambiar de planes. Nuestro primer día en Praga terminaba con otro concierto callejero, versiones y temas propios con una voz que ya la querían para sí muchos reconocidos cantantes. La gente se detenía, muchos se animaban a sentarse en el suelo y el cantante por momentos no daba crédito ante el inesperado éxito. Cuando terminó eran muchas las personas que se acercaron a felicitarle, mientras yo me preguntaba porqué en mi ciudad no puedo disfrutar de momentos así. Por cosas como esa, Praga ya me había ganado, su vida en las calles sí es para enamorarse, más allá de sus puentes, torres y majestuosos edificios y palacetes.
Al día siguiente nos esperaba un pequeño viaje hasta un pueblo cercano a la capital, un curiosa capilla de decoración peculiar y algo que no puede faltar en mis viajes: el tren.Tenía muchas ganas de recorrer algunos kilómetros y ver el país desde un antiguo compartimiento, de esos viejitos, con puerta, ventanas que pueden abrirse y compañeros de viaje curiosos. Kutna Hora y su capilla de huesos era nuestro siguiente destino.
22 Comments
Te felicito por la entrada, desde el principio me ha enganchado y me ha recordado a mi viaje.
Graciosa experiencia la del apartamento, algo que seguro recordarás para los restos… 😛
Es una ciudad impresionante, en mi opinión, de las más bellas de Europa. Cuando la visité me comentaron que iban a comenzar unas obras en el Reloj Astronómico , no se si en la actualidad seguirán o no.
Veo que visitasteis también Kutna Hora ¿lo hicisteis con alguna visita guiada? Nosotros hicimos una ya que considerábamos imprescindible conocer la historia y la riqueza arquitectónica de la ciudad que peleo con Praga por ser la capital de Bohemia. A nosotros nos fascino, no nos imaginariamos lo impresionante que sería, la verdad que una vez la visitas si entiende el porque casi se convierte en la capital de Bohemia.
Gracias por esta entrada tan útil.
Un saludo.
Hola Miguel,
Muchas gracias por tu comentario , me alegra que te haya recordado tu viaje.
Kutna Hora la visitamos por libre, me gusta buscar la información y suelo ir a un ritmo más lento que las visitas 😉
¡Un saludo!
[…] Dejábamos Praga para pasar una noche en Cesky Krumlov, lugar del que sólo había escuchado buenos comentarios y visto fotos de cuento. Antes de dormir me levanté a cerrar con llave, no vaya a ser que la dueña venga a despedirse a primera hora pensé y se repita la primera mañana en Praga. […]
Me hiciste volver a Praga Maruxaina 🙂 Hace ya muchos años y solo tenía pinceladas de recuerdos. Ahora sí, aparte de toda la arquitectura, me fascinó el mercadito que os cruzasteis! A mi me también habría alegrado el viaje 😀
Me alegro!Muchas gracias 🙂 Los mercadillos son un imprescindible en mis viajes, éste resultó todo un acierto!Volvería sin dudarlo pero con mucho más tiempo- Apúntatelo, os gustaría seguro!
Abrazos!!!
Durante mucho tiempo pensé que Praga era la ciudad más bella de Europa, y desde luego incluso cubierta de nubes es espectacular. Eso si, lo que fue espectacular fue como comenzó vuestro día… que mal rollo. Menos mal que la música os acompañó en la ciudad y por lo que te conozco creo que eso te mejoraría el ánimo. Un besazo
Sí que me conoces sí 🙂 Fue bastante feo empezar así el día, ahora lo recuerdo como una de esas anécdotas viajeras. Además Praga y todo lo que ofrece hizo que se nos olvidase rápido, la música siempre ayuda!!
Un beso grandeee!!!
Hola Maruxaina
Qué ideal ruta. Ya te dije antes, no conozco -aún- este pequeño, igual de precioso país. Siempre me das ganas y ya veré cuándo me animo a ir.
Y sobre la incómoda situación, aunque rara, te ha servido para poder contarnos y tener cuidado en nuestros próximo viajes.
Feliz inicio de otoño.
Un fuerte abrazo desde Málaga.
Bo
Claro que sí Bo!De todo,y todos, se aprende.
Muchas gracias por tus comentarios, me alegro que te gusten mis historias 🙂
Ojalá sea un otoño de buenos momentos, un abrazo!!
¡Qué bonita es Praga! Me encantó volver a ver ese precioso y emblemático Reloj Astronómico, me enamoró… Y la Torre de la Pólvora (yo tampoco subí). Lo del mercadillo dominguero tiene buena pinta, muy chulos los tesorillos, pero lo de que te despertara la dueña del piso entrando en su casa mal… ¿Lo cogiste con AirBnb? A mí me sucedió algo parecido en Copenhague, si han alquilado el piso que menos que tocar al timbre y no entrar directamente… En fin.
Un besazo
Hola Patri,
Pues el apartamento lo habíamos reservado via Booking. De lo más rara aquélla mujer…En Aribnb tuve otra mala experiencia este verano 🙁 Pero bueno, fue un mal menor y pudimos disfrutar Praga igualmente 🙂
Un beso guapa.
En lo más alto de mi “bucketlist” de ciudades europeas, se encuentran Praga y Budapest! Estoy deseando visitar ambas ciudades. Muchísimas gracias por compartir tu experiencia!
Pues fíjate que yo no las tenía en mi lista 😉 Fueron destinos de casualidad y sí me gustaron pero he de reconocer que no me enamoraron. Aún así no me importaría volver a cualquiera de ellas, tienen mucha vida, edificios impresionantes y mucha historia!
Un abrazo guapa!!
Que mal rollo que intentaran entran en la habitación. Creo que deberían respetar un mínimo de intimidad en estas situaciones.
Al menos el mal sabor de boca se pasó, y pudisteis disfrutar de una de las ciudades más bonitas de Europa.
Pues sí Patry y además era complicado porque sólo hablaba checho… Pero teniendo toda una ciudad por delante, y tan bonita como Praga, nos olvidamos rápido!
Un saludo y gracias por tu comentario 🙂
[…] Dejábamos Praga para pasar una noche en Cesky Krumlov, lugar del que sólo había escuchado buenos comentarios y visto fotos de cuento. Antes de dormir me levanté a cerrar con llave, no vaya a ser que la dueña venga a despedirse a primera hora pensé y se repita la primera mañana en Praga. […]
Que preciosidad de relato Maruxiana. Chequia está muy arriba en la lista de viajes para lo que queda del año, si al final vamos, te tendremos de referencia!
Un saludo!
Viniendo de tí…me pongo colorada 🙂 Os gustará, nosotros estuvimos poquito así que seguro que cuando vayais nos descubris sitios interesantes!
Besos!!
Tengo unas ganas locas de visitar esta ciudad. A ver si nos decidimos de una vez y nos aprovechamos de tus relatos. 😉
¡Un saludo!
A mí me encantaría volver en invierno!Os gustará seguro, un abrazo!!
Praga es una ciudad para recorrerla con el estilo que os habéis propuesto en este viaje: Tranquilamente.
Disfrutando de cada detalle, cervecería, edificio, tienda o sonido que se cruce en vuestro camino.
A pasarlo bien.
Toda la razón!Sin rumbo y según lo que fuésemos encontrando en el camino se descubren muchas cosas 🙂
Un abrazo guapos!!!