El pasado mes de septiembre tuve por fin la oportunidad de participar en una de las actividades de Bluscus.Una tarde-noche en la que disfrutamos de Galicia por mar, de sus gentes, su naturaleza y su gastronomía.
Tras un xantar tan estupendo como rápido, con Raúl y Leticia, Trucos Viajeros, nos acercamos, café en mano al puerto de Cambados (Pontevedra). Allí nos encontramos con nuestro compañero de Galicia TB Alberto, Mais Grelos, con quien había coincidido en Andorra para ver al Cirque du Soleil, y con Pablo, uno de los dos emprendedores de Bluscus. Esta empresa gallega está especializada en turismo mariñeiro, y ofrecen rutas y talleres para conocer Galicia de una forma diferente y muy cercana.
A nosotros nos esperaba un paseo por la ría de Arousa, avistamiento de aves, una visita a la isla de Sálvora, donde tendría lugar una cena con sabor a mar y la observación de estrellas desde el mar para terminar la jornada. Porque sin duda el mar es el protagonista de todas las experiencias en Bluscus, haciendo también conciertos durante el verano en veleros, goletas y hasta encima de una batea.
El Chasula transmitía vida e historias con sólo un vistazo, la embarcación pesquera, antes dedicada a la sardina, ahora realiza actividades cuyo objetivo es dar a conocer Galicia a turistas, locales o colegios. Mediante talleres, paseos entre bateas o gastronomía a bordo, elaborando platos típicos gallegos, su tripulación no puede disimular su amor por el mar en cada palabra. Mariñeiros curtidos como suele decirse capitaneados por Isidro, una de esas personas que llenarían miles de cuartillas con sus aventuras y experiencias.
Tras una travesía que nos supo a poco, atracamos en la isla de Sálvora. La más grande del archipiélado que lleva su nombre, la menos conocida de las islas Atlánticas ya que fue propiedad privada hasta 2007. No llegan barcos regulares y para visitarla (en embarcaciones particulares o visitas organizadas) es necesario un permiso del Parque Nacional e ir acompañados de un guía autorizado. Mis ganas de conocer Sálvora eran enormes y me sentí súper afortunada cuando pisamos una isla llena de leyendas e historias.
Hay dos rutas de senderismo, la Ruta 1 conduce al Faro, en la zona sur de la isla, donde las rocas gigantes de mil formas esconden las almas de la Santa Compaña según cuentan los mayores. Mientras que la Ruta 2 nos llevó hasta la aldea, en el otro extremo de los escasos 2 kilómetros cuadrados que tiene Sálvora. Un conjunto de casas de quiénes habitaron la isla años atrás, nada menos que desde 1830 hasta 1971, gentes dedicadas a la pesca, ganadería y agricultura. Entre sus vecinos estaban las heroinas del trágico naufragio del Santa Isabel, que dejó más de 200 muertos en las costas de la pequeña isla en 1921 (historia que os contaré próximamente).
Por el camino paramos en la fuente de Santa Catalina, también llamada Fonte de Telleira ya que sus piedras habían servido para cocer las tejas de las casas vecinas. No pudimos probar sus aguas ya que estaba seca por lo que nos quedamos sin saber si era cierto que daban fuerza y salud. El paisaje está salpicado de tojos de flor amarilla, grandes helechos y herba de namorar, mientras que de su fauna pudimos ver algún conejo y ¡caballos!.
Y es que el Marqués de Revilla, antiguo propietario de Sálvora, quería convertir sus dominios en un coto de caza. En barco llegaron ciervos, nutrias y caballos salvajes para sus cacerías, por lo que cuando en 2002 se declaró Parque Natural decidió vender la isla ya que no podía seguir divirtiéndose matando animales. Actualmente se pretende recuperar la raza del caballo gallego, los equinos son controlados con GPS para conocer su comportamiento y al mismo tiempo ayudan a la conservación y biodiversidad de la isla.
Después del exclusivo paseo llegó el momento de la cena en un lugar que no lo era menos. En el Pazo familiar, Yayo Daporta y su equipo ultimaban los detalles de unos platos que habrían encantado al Marqués. Rodeados de aparejos naúticos, enseres de labranza y objetos personales de los señores de la isla disfrutamos de la gastronomía gallega.
Y yo que no soy muy gastronómica ni demasiado aficionada a los dulces todavía recuerdo el sabor de aquél postre. Creo que fue una de las mejores cenas que recuerdo, sobre todo porque el ver por la puerta entreabierta el trabajo de la cocina le dio un valor especial a cada plato. La delicadeza y precisión con la que Daporta colocaba cada detalle, la preocupación y esfuerzo para que todo fuese perfecto. Con unos camareros que aparecían en el momento preciso para que la copa nunca estuviese vacía y al comensal no le faltase nada. Un conjunto súper coordinado y armonioso que explica cómo Yayo Daporta aparece en el libro Record Guiness por ser el cocinero más joven del mundo en conseguir una Estrella Michelin.
Tan entusiasmada estaba que hasta el postre no me di cuenta que compartíamos mesa con Emilia, a quién no veía desde la vendimia en Marqués de Vizhoja. Un gran abrazo y una charla que continuó en el barco bajo una espesa niebla. Ésta fue la culpable de que la observación de estrellas resultase inviable pero en su lugar la naturaleza nos regaló un espectáculo.El Mar de Ardora, que recuerda a las perseguidas auroras boreales noruegas pero en vez de en mirar hacia el cielo, aquí el escenario es el mar.
Un alga inofensiva que hace que el agua tenga unos reflejos verdes, en ocasiones azulados, al más puro estilo de ciencia ficción. Un alucinante resplandor que destaca sobre el infinito negro del mar y que nos dejó a todos como niños pequeños un día de cumpleaños. Septiembre es por lo visto el mes favorito de la noctiluca, el alga que esa noche nos regaló un baile antes de volver a casa. Queriendo, si cabe, un poco más Miña Terra Galega.
Pudimos disfrutar de esta experiencia gracias a la invitación de Bluscus,
así celebramos el Día Mundial del Turismo el pasado 27 de septiembre.
16 Comments
He estado unas cuántas veces en Galicia y siempre que voy descubro lugares nuevos. Esta actividad es muy apetecible, y descubrir los caballos, hacer rutas… es una experiencia increíble que me anoto para una próxima vez por Galicia. De verdad, que esta tierra es un pequeño paraíso.
Un abrazo.
Pues no te llevaré la contraria porque sí, vivimos en un paraíso 🙂 Es un plan genial también para hacer en familia, así que no lo dudes cuando vuelvas por aquí. Un abrazo MªJosé.
Me parece super interesante la experiencia, yo conocía las típicas excursiones a las islas Cies, que son un paraíso, pero esta excursión con buen tiempo debe ser agradable. Estuve nueve años navegando como marino mercante y te puedo decir que cada vez que subíamos a Galicia un poco te asustaba de lo que ibas a coger porque no todo es placer, y eso se ve en los rostros de la gente de mar de esa tierra. Muy bonita la entrada y las fotos son maravillosas.
Saludos viajeros
LoBo BoBo
Hola Paco,
Muchas gracias por tu comentario. Toda la razón en que el mar no es tan bonito siempre, la gente le ha perdido mucho el respeto. ¡Debes tener mil historias que contar como marino!
Las Cíes son las islas estrella de Galicia pero tenemos muchas y más tranquilas 😉 Sálvora es una visita que recomiendo sí o sí, al igual que la isla de San Simón.
¡Un saludo!
Como ya te he comentado en el Face… en aquel momento algún duendecito de la red no me dejó hacerte el comentario aquí. Me encanta leer tus relatos viajeros, le pones tanto entusiasmo que es muy fácil acompañarte.
Y este me hace una particular ilusión, porque además tuve la fortuna de hacer parte él…. Fue una experiencia inolvidable desde el minuto 1 hasta el último, esos día en que todo sale redondo, porque la actividad resultó perfecta, salvo la observación de estrellas, pero con el extra del mar de Ardora.. un espectaculo natural que no todo el mundo tiene la suerte de ver! Y como guinda a todo esto encontraros a vosotros que me ha hecho muy feliz.
Besiños y buen finde
Hola Emilia,
Una vez más gracias por tus palabras 🙂 Me alegra mucho que te haya gustado, sobre todo por haber estado allí también. Sí fue un día genial, me encantó todo y repetiría sin dudarlo. Que no vuelva a pasar tanto tiempo para vernos. Un beso grande y muy buen fin de semana.
Una vez más nos demuestras lo bonita que es tu Tierra y yo con ganas de disfrutarla. A ver si en 2018 me quito esa espinita!
Buen post!
Bicos.
Graciñas Montse. Ya sabes que aquí te esperamos. ¡Un abrazo hasta tu isla!
Una experiencia bien bonita y además acompañada de varios amigos viajeros. Que más se puede pedir! La verdad es que jamás había oído hablar de este lugar y me encanta que poco a poco vayas poniendo en el mapa turístico lugares menos conocidos de Galicia.
Un beso!
Uno de mis objetivos Jordi 😉 Galicia tiene infinitos sitios que ni yo podré conocer en una vida. Sálvora te gustaría, le debes una visita larga a estas tierras…
Un beso y ¡buen fin de semana!
Un día singular. Me ha parecido fascinante el paso de la barca de pescadores a una mesa con estrella Michelín. Un día único en todos los aspectos. Un abrazo. 🙂
De lo más completo y variado, el paseo en barca dio lugar a geniales charlas con la tripulación y la cena daba penita comer unos platos tan bonitos. Ya sabes, cuando vuelvas por Galicia…Un besazo guapa.
Woww Maruxaina que maravilla de día! Me parece que dentro de poco tengo que pasarme por la zona y sin duda seguiré tus pasos. Una buena opción Bluscus sin duda, echaré un vistazo a sus propuestas.
Un abrazo
Carmen
Muchas gracias Carmen, la verdad es que sí fue un gran día. Bluscus tiene varios planes muy chulos para conocer Galicia, así que si vienes ya sabes 😉 Un abrazo de vuelta.
Qué buena pinta tiene esta isla. ¿Se parecen mucho a Ons o Cíes o son muy diferentes? A ver si las doy visitado algún día
Son muy distintas Victor, tienes que venirte unos días por aquí y hacemos algo con Bluscus. Un saludo y gracias por la visita 🙂