6 escapadas por el norte de Portugal.

Su carácter de pueblo fronterizo hace que muchos no se detengan a conocer la primera villa portuguesa que encontramos cruzando desde Tui (Pontevedra).

Bañada por el río Miño, Valença está dominada por una fortaleza del siglo XII, la más importante de la región del Alto Minho. Su adorable estación de tren espera visitas sin perder la esperanza y recordando tiempos mejores. Igual que el antiguo puente de hierro, mucho más atractivo que el construído con la autovía.

Para muchas memorias Valença do Miinho era el punto fuerte durante las épocas de contrabando. Café, harina o tabaco, eran algunos de los productos que las trapicheiras movían en los márgenes del río.

Muy visitada los miércoles, día que celebra su feria y en navidades cuando la parte antigua se llena de belenes, siendo la mayor exposición del país.

A unos 40 kilómetros de Vigo está Vilanova de Cerveira, conocida por la escultura del ciervo que está en el Alto do Castro. Un fantástico mirador sobre el río Miño al que puede llegarse en coche. O seguir la ruta de senderismo que llega hasta el Pico San Paio e incluye un convento reconvertido en museo-taller del escultor José Rodrígues (el autor del ciervo).

El paseo junto al río es un lugar realmente agradable. Con muchas actividades para hacer con niños y en familia. Un parque acuático, zonas para patinar y andar en bici o un pequeño museo sobre la pesca hacen que el Parque do Castelinho sea muy frecuentado en los meses del verano y fines de semana.

Celebra su mercado los sábados y también tiene lugar un rastro de antigüedades una vez al mes.

Un café en su plaza es imprescindible si estás en Caminha. Señores leyendo la prensa, familias, peregrinos y turistas se mezclan en el centro de la villa, donde el chafariz es el protagonista. Ésta fuente renacentista es típica de las plazas portuguesas y desde ella podemos ver otro de los símbolos de la villa: la Torre del Reloj. Da acceso al centro histórico medieval y nos recuerda el pasado amurallado de Caminha.

De hecho cada verano celebra su Feira Medieval y es preciosa la decoración de las calles adoquinadas. Mercado, actividades, música al aire libre, artesanías…muy muy recomendable.

Tiene también mercado de antigüedades y objetos de segunda mano una vez al mes. Y desde su embarcadero se puede cruzar en ferry hasta A Guarda (Pontevedra).

El primer pueblo de Portugal y considerado por muchos el más bonito del país. Teresa de León otorgó a Terra de Ponte (Tierra de Puente) la primera carta foral, convirtiéndola en la primera villa del país.

Quintas y palacetes, las llamadas casas torna-viagem, de aquéllos que volvían con dinero de Brasil, iglesias y sacristías decoradas con azulejos y calles encantadoras que conducen al río Lima, donde se encuentra el maravilloso puente romano. Con leyenda incluida, este puente era paso obligatorio para los peregrinos que se dirigían a Santiago y aunque fue ampliado en la Edad Media, conserva cinco de los arcos romanos originales.

De mayo a octubre celebra el Festival Internacional de Jardines, un espectáculo de colores y diseños que cambian cada año y excusa perfecta para conocer uno de mis lugares favoritos de Portugal.

Aquí nació el gallo que es signo de identidad no ya de esta región sino de todo el país. Su cresta de colores la encontramos en toda tienda de recuerdos que se precie y en Barcelos encontraremos varios repartidos por sus calles.

El Palacio de los Condes es uno de sus actractivos principales, pueden visitarse los restos de esta fortaleza del siglo XV que ahora alberga el Museo Arqueológico.

Pero si por algo es conocido Barcelos es por su mercado de los jueves, el mayor y más antiguo del país.Un increíble mundo de puestos al aire libre que hace que la tranquila población parezca otra, frutas y verduras, cerámicas, ropas, plantas y gallos dibujados en cualquier objeto que imagines.

A media hora de Porto en coche, situada en la desembocadura del río Ave, está Vila do Conde. Durante la época romana fue una importante salina y muestra de su pasado es el impresionante acueducto del que se conservan algunos tramos.

Es un destino de fin de semana para muchos portugueses por sus playas, las más conocidas Playa do Forno y Playa da Nossa Senhora da Guia. Así como por sus fiestas y festivales en verano, especialmente la noche de San Juan, con desfile de barcos y fuegos artificiales.

Además de su cuidado casco histórico, otras visitas recomendables son el Museu do Mar y el de Construçao Naval en el bonito puerto. El Forte de Sao Joao y el Monasterio de Santa Clara son otras de las visitas recomendables. Donde las monjas elaboran los Doces de Ovo (dulces de huevo) y desde donde mejor se ve el acueducto.

Espero que os hayan gustado estas seis opciones de escapada y os animen a seguir conociendo Portugal. Me encantará conocer cuáles son vuestras recomendaciones y lugares favoritos del país vecino.

Si vuestro plan es conocer la capital portuguesa, en este enlace podéis leer algunos de los planes que hicimos en nuestro viaje a Lisboa.