C uando pensaba que este año la única cita festivalera sería en Clisson, mi querido compañero de viaje me dio la sorpresa: nos íbamos a París, al Download, un festival que se celebra en el británico Donington Park y que por 1ª vez se haría en la capital francesa. Yo, infeliz claro, pensaba qué escapadas de unas horas podría hacer entre concierto y concierto para descubrir una ciudad en la que sólo había estado un fin de semana..
Nuestro vuelo salió tarde pero no nos preocupó demasiado porque esta vez sí teníamos el alojamiento reservado. En el barrio de Montmartre estaba nuestro apartamento y Guy Moquet nuestra parada de metro esos días. Elegido con prisas tan sólo unos días atrás gracias a Nightswapping, era la primera vez que probábamos esta forma de turismo colaborativo y tuvimos suerte porque la experiencia no pudo ser mejor. El anfitrión nos esperaba puntual para darnos las llaves y una explicación de lo esencial de la casa, con mucha prisa y deseándonos buen fin de semana, desapareció, dejándonos en una sala de suelos de madera, libros interesantes y vecinos discretos.
Salimos a conocer la zona y a hacer algunas compras en un súper cercano, comimos en el apartamento, escuchando la radio y aprovechando el wifi para enterarme que Guy Moquet había sido un militante comunista asesinado por los alemanes con tan sólo 17 años. La verdad es que estaba como en casa y porque fuera estaba París esperándonos con un sol estupendo que sino me hubiése quedado encantada. Era muy acogedor, tal y como habíamos visto en las fotos y mucho mejor que la tienda de campaña del festival. El saber que una cama nos esperaría al terminar el día hizo que saliésemos de casa con una gran sonrisa.
El aviso de un objeto sospechoso en el metro hizo que tuviésemos que salir en los Champs Élysées y caminar la larguísima avenida hasta Porte Maillot, desde donde había autobuses gratis para el festival. Así llegamos al hipódromo de Longchamp, en una gran zona verde de París (Bois de Boulogne), construído en 1857 y usado como campo de aviación en la 1ª Guerra Mundial, abrirá el próximo año con un proyecto de Perrault, el mismo arquitecto que realizó la Biblioteca Nacional.
Dejamos atrás a locos del fútbol repartidos por todo París, para entrar en el mundo festivalero, camisetas negras, fans del rock con largas melenas, amables policías y mucha gente de la organización preparados para que 3 días de música en directo saliesen perfectamente.Iron Maiden, Anthrax... y unas horas de música más tarde otro autobús nos esperaba a unos metros de la salida para devolvernos justo a la boca del metro. Llegué alucinada al apartamento, porque tardé menos en atravesar París de noche después de un festival que en llegar del centro a mi casa en bus y os aseguro que es poca distancia. ¡¡Cuánto tenemos que aprender!!
El poder hacerme café temprano y salir a la ventana sin miradas curiosas hizo que el día empezase diferente. Incluso sonreí malignamente imaginándome las colas de las duchas o la peregrinación en busca de un café en el camping del festival, la experiencia nightswappera era ya el descubrimiento del viaje y mi tía se interesaba por wasap cómo era el funcionamiento. No me he olvidado M., haré un post explicándotelo todo para que te animes.
C allejeando fue como conocimos el Boulevard Pereire en el 17ème arrondissement (para nosotros bautizado como el boulevard de Miro Pereira), edificios señoriales y muy blancos flanquean un larguísimo parque lleno de rosas. Mucho verde, juegos infantiles, mesas de pin pon y pequeños huertos urbanos sobre las antiguas vías du chemin de fer del tren que comunicaba Porte Maillot con Pont Cardinet. Uno de esos sitios que no aparecen en las guías pero con mucho encanto, además allí cerquita celebran dos días a la semana un mercadillo con muy buena pinta.
La casualidad hizo que el apartamento estuviese muy cerquita del cementerio de Montmartre, la única visita que yo quería hacer sí o sí durante ese viaje. Así que el domingo por la mañana fuimos caminando bajo un cielo gris, la atmósfera perfecta para pasear entre tumbas e historias. La entrada es gratuita y hay un gigante mapa que sirve para orientarse en más de 10 hectáreas de lápidas, mausoleos y estatuas, aquí están enterrados Stendhal, Berlioz o Degas y tiene la peculiaridad que está atravesado por un puente.
Empezó a llover cuando dejábamos el cementerio y ya no paró en todo el día. Con chuvasquero llegamos al último día del Download, los baños seguían limpios y con papel y el wifi funcionaba perfectamente, además esa noche el cabeza de cartel era Rammstein. Los suelos embarrados y la incomodidad de la mojadura parecían dar igual a las miles de personas que esperaban al grupo alemán, y a nosotros también sabiendo que al terminar nos esperaba el apartamento y una ducha en condiciones (no quería ni imaginarme cómo estaría el camping).
Resguardados bajo un enorme árbol tuvimos la ocasión de conocer a una mujer súper maja que nos contó sus aventuras para pedir un día libre en el trabajo e ir al concierto. Pues sí que tienen tirón en Francia pensé, mientras recordaba cuando el Du Hast era parte de mi banda sonora diaria y cerraba las noches de sábado en el Corvo, nuestro lugar de cañas hace…madre mía 20 años! Cómo me gustaba ese tema y qué bien lo pasé cuando sonó en directo, aunque mi rodilla se quejase de que no tenía edad para esos trotes, pero hasta había dejado de llover y sabía que sería de esos momentos que recordaría siempre.
E l lunes nos despertamos temprano para aprovechar el último día, esta vez nos fuimos a uno de los lugares más turísticos: la Catedral de Notre Dame. Sólo conocía su exterior y me encantaron sus vidrieras y los enormes rosetones de más de 13 metros de diámetro. Me hubiese quedado allí dentro unas horas para poder apreciar cada detalle pero había muchísima gente y era realmente complicado leer los paneles informativos o hacer fotos.
Caminamos sin rumbo fijo hasta que la música nos llevó a una de las entradas del Louvre, en ella, una joven cantaba de una forma que se me puso la piel de gallina. Embobados de que aquélla voz pudiese salir de aquél cuerpo tan pequeño nos sentamos a escucharla, la acústica de aquél lugar hacía que las palabras italianas sonasen aún mejor y no pudimos sino agradecérselo con unas monedas y una gran sonrisa cuando terminó el tema.
En Pont das Arts nos encontramos una exposición realmente apropiada para el Hellfest, el siguiente festival al que iríamos. Las calaveras, figuras retorcidasy hombres gigantes de Daniel Hourdé ocupaban uno de los puentes más visitados junto al Pont Neuf. Característico por su estructura de madera y hierro, fue liberado desde el año pasado de los miles de candados que lo habían invadido.
Y fue entonces cuando recibí un mensaje que cambiaría el final de ese viaje: nuestro vuelo de vuelta a casa había sido cancelado. En el momento me sentó fatal porque lo trastocaba todo, dos días después teníamos que salir de viaje de nuevo… pero los controladores decidieron que teníamos que reenganchar y quedarnos en París. ¡¡Pero esa es otra historia!!
Je vous remercie Jean et toute l’équipe de Nigthswapping. Il a été parfait.
10 Comments
Lo que puede dar de si un viaje musical… Me encanta cuando hablas de ese apartamento de suelos de madera lleno de libros, pero sobre todo cuando agradeces tu ducha y tu café mientras imaginas a tus “compañeros” de festival haciendo cola en los baños jejejeje. Una escapada en la que hubo tiempo para la vida y la muerte y para visitar uno de los templos más impresionantes de Europa. Eso sí, a ver que pasó tras la cancelación de ese vuelo 😉
Esta es una escapada de las que a mi me gustan, aprovechando para todo, ¡Paris enamora vayas por lo que vayas! Tuve la misma sensación en Notre Damme… ¡una pena! El barrio de Montmatre enamora, nos dejamos llevar por los olores y bullicio recorriendo sus plazas… ¡un encanto! Una escapada muy productiva a pesar de los contratiempos. Me imagino que estarás deseando volver a Paris… ¿no? ¡Y quien no!
La verdad es que para ser una escapada festivalera te cundió de lo lindo. Es cierto que llega un punto en que una cama cómoda y una ducha caliente son preferibles a la tienda de campaña. El apartamento es una pasada, y es cierto que gracias al Nightswapping se conocen lugares y zonas que de otro modo nos pasarían inadvertidas. Además, está la sensación de estar en un hogar (aunque no sea el tuyo), no en un alojamiento. Por cierto ¡pedazo cartel tuvo el festival ¿no?! Rammstein, Iron Maiden,… una auténtica pasada.
Por otra parte, me alegra saber que por fin el Pont Neuf se liberó de su carga de candados, cuando nosotros estuvimos daba hasta miedo pasear por el. Una pena el final del viaje, pero bueno, a veces esas cosas ocurren y el tema de los controladores en Francia fue sonadísimo. Una maravilla seguir tus escapadas festivaleras.
Una escapada completita, dio para todo! Me apunto esta opción de alojamiento, no la conocía y parece interesante. Gracias por el tip 🙂
La verdad que sí Mauxi!!Aprovechamos muy bien el tiempo 🙂
Pues nosotros era la 1ª vez que usábamos Nightswapping y ya estoy deseando repetir, te recomiendo que pruebes!
Un abrazo!!
Paris tiene 1000 caras, y una de ellas es la de la música y el arte. Y además pudiste disfrutar del Nightswapping. Fíjate que yo estuve dudando en Sicilia de si utilizarlo o no…
¿llegaste a hacer limpios los zapatos?
Jajaja…lo bueno de hacer Nightswapping fue llegar al apartamento después del festival y sí poder limpiar los zapatos 🙂
Ya me contarás cuando pruebes, yo de dos experiencias que llevo..las dos perfect!!
Los festivales de verano y de musica son los mejores! Y si encima en tan bella ciudad, que mas se puede pedir!
Que buen lugar para alojaros! Paris en general es precio pero el barrio de Montmartre me encantó.
Veo que lo pasasteis genial en el festival a pesar de la lluvia que os cayó y los vuelos cancelados..espero que al final lo pudierais solucionar lo mejor posible, veremos a ver en el próximo post 😉
Ay, Paris, qué bonita eres.. Volvería una vez al mes con los ojos cerrados! 🙂
Ya seguí tu viaje por redes sociales y aluciné con el apartamento, es precioso! Como todo en París, claro…
Seguro que lo pasasteis genial en el festival! No hay nada más veraniego.
Ahora a esperar a leer el proximo post para saber como acabó la historia con los vuelos!
Un beso