T ras un verano de mucho calor, playas y festivales por Europa nos apetecía algo distinto. Irnos un poquito más lejos y cumplir un sueño viajero: conocer Pamukkale o el Castillo de Algodón.
Lo descubrió Raúl ojeando una lista de sitios espectaculares y únicos, tan sólo existía algo parecido en China. Además aprovecharíamos para visitar Estambul, ciudad llena de historia que todo viajero debe visitar al menos una vez en la vida. Estaba decidido…¡¡¡Nos íbamos a Turquía!!!
Como siempre antes de un viaje empezamos a investigar sobre un país del que no teníamos muchos conocimientos. Aún no habían estallado las revueltas populares surgidas de la Primavera Árabe que convertiría a Turquía en protagonista de muchos telediarios.
Situada entre Europa y Asia, archi conocida por su capital Estambul y la impresionante Santa Sofía, el kebap o los paseos en globo por Capadoccia, durante algo más de una semana, Turquía nos sorprendería con su interesantísima historia, alucinaríamos con sus ruinas, nos haríamos adictos a la lentil soup, tendríamos la oportunidad de charlar con un kurdo y descubriríamos un país con muchísimo que ofrecer.
Tras descartar el viaje organizado y después de muchas horas de búsqueda de vuelos, la mejor opción que encontramos fue desde Lisboa, con la compañía Alitalia y haciendo escala de unas horas en Roma. El billete no fue barato (sobre todo viendo las increíbles ofertas que hay ahora) pero se ajustaba a nuestras fechas, las esperas entre vuelos no eran muy largas y hasta Lisboa bajaríamos sin problema en autobús.
Buscamos en foros y páginas oficiales información relacionada con documentos para entrar en el país. El necesario visado podía hacerse en el aeropuerto de Estambul al llegar. La moneda la cambiaríamos allí, euros por liras turcas, cuando nosotros viajamos diez euros eran casi treinta liras.
El alojamiento solo lo llevábamos reservado para las dos primeras noches en Estambul. Después iríamos sobre la marcha. Esta vez el medio de transporte elegido fue el autobus, los horarios de los trenes y su lentitud (unas 8 horas: 200 kilómetros) hicieron que conociésemos a la mejor compañía de autobus hasta la fecha en el mundo mundial que cómo no, se llama Pamukkale.
Es el medio más usado en Turquía junto con el coche, es barato y los autobuses son muy cómodos. Tienen trayectos de noche, lo que permite ahorrar tiempo y el hotel, además cada asiento tiene pantallita para ver pelis, escuchar música, jugar e incluso aprender inglés, para quienes no puedan dormir. La verdad es que alucinamos cuando un muchacho, súper educado, con chaleco y pajarita nos empezó a ofrecer todo tipo de cosas durante el viaje: bocadillos, zumos, galletitas...y todo incluido en el precio del billete.
Llegó lo más difícil: elegir la ruta para esos ocho días. Teníamos claro tres lugares: Estambul, Pamukkale y Éfeso. Decidimos dejar Capadoccia para otra ocasión (sí, a pesar de lo apetecible del paseo en globo) o Ankara, la capital, ya que se alejaba bastante de nuestro Castillo de Algodón.
En un principio habíamos pensado pasar las cuatro primeras noches en Estambul para después bajar hacia Denizli y luego ya subir directamente el último día para coger el vuelo, pero no paraba de llover, así que tras dos días pasados por agua, decidimos modificar nuestro itinerario e irnos al sur antes de lo previsto.
Listo, ya lo teníamos todo, incluso un pequeño diccionario de turco que nos ayudó a ganar algunas sonrisas cuando intentábamos decir algo en tan difícil idioma. Nos íbamos a un país con una población predominantemente musulmana, pero en el que aprendí más sobre el cristianismo que en ocho años en un colegio de monjas.
Me enamoré de lugares como Selçuk, en donde sin querer encontramos la tumba del apóstol San Juan. Me vi en Tara mientras un buen hombre me enseñaba cómo se recogía el algodón en un campo perdido cerca de Éfeso. Nos cruzamos con miles de peregrinos que visitaban la casa en la que pasó sus últimos años la Virgen María y sin tenerlo en nuestros planes y gracias a un señor que cuidaba patos allí mismo, y nos lo explicó, pudimos ver con tristeza la única columna que queda de una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo: el Templo de Artemisa.
Todo eso y muchísimo más nos regalaría Turquía, un país al que me encantaría volver para seguir descubriendo. Para poder hablar más con su gente, encontrar pueblos preciosos gracias a un pinchazo en el dolmus, volver a tomarme una lentil soup aunque sean las 7 de la mañana y quedarme viendo cualquiera de sus bellísimos atardeceres.
20 Comments
Que dicha leer sobre un lugar que visitare este proximo abril de 2019…desde Cordoba Argentina, con una ansiedad que me mata …muchas gracias ..!!!!
Hola Norma,
Espero hayais disfrutado mucho del viaje. Turquía es un país maravilloso al que me encantaría volver.
¿Qué fue lo que más os gustó?
¡Un saludo!
Me hicistes viajar a Turquía, atraves de mi panorámica mental, es uno de mis sueños, visitar esos lugares históricos donde el Cristianismo sembró sus bases tangibles; es maravilloso,Gracias, las condiciones están dadas.
Hola Milagros,
Muchas gracias por tu comentario. Seguro que tarde o temprano podrás viajar, si no lo has hecho ya, a Turquía para conocer su interesante historia.
Esta semana tengo que viajar a Estambul por un tema personal y este post me viene genial. Sólo podré hacer turismo un día, pero peor es nada. Por cierto, que pasada el autobús, no? Ya podrían ser todos así
¡Hola familia!Pues turismo en Estambul en un día es complicado pero yo creo que elegiría la Mezquita Azul como imprescindible. Y Santa Sofía claro pero siempre está tan llena de gente…
Lo del autobus ha día de hoy sigue siendo la mejor compañía en la que he viajado 🙂
Un saludo y buen viaje!
Buenísimos todos los datos que compartes. Últimamente he visto muchos posts sobre Turquía, así que esto debe ser una señal para animarme a visitar pronto este país que cada vez me parece más interesante. Saludos!
Muchas gracias por tu comentario Mauxi!!
Tienes que ir a Turquía, seguro que te gusta mucho y creo que ahora hay muy buenas ofertas en vuelos 🙂
Un saludo!!
Excelente! Que espectacular todo el recorrido. Turquia esta en la lista.
¡Muchas gracias Andy!
Espero que hayas visitado Turquía y sino tarde o temprano seguro que caerá 😉
Un saludo.
Huy, qué superguapa estás en las fotos… Lo de dejar Capadocia es comprensible, creo que hace falta un viaje exclusivo para visitarla. Turquía es enorme! Tengo que volver 🙂
¡Gracias! Viajar siempre sienta bien 🙂
Nosotros también tenemos muchas ganas de volver a Turquía, nos quedaron muchos lugares pendientes de visitar y no me importaría repetir unos días en Estambul. ¿Alguna recomendación?
Buenos consejos para cuando hagamos un viaje por Turquia, sobre todo, la innformacion sobre Pamukkale
¡Hola Sara!
Muchas gracias por tu comentario 🙂
Espero que hayais podido conocer Turquía y en especial Pamukkale, aunque ésta ha cambiado un poco desde nuestra visita porque creo que ahora sí dejan bañarse en las piscinas.
Un abrazo guapa.
Je, je…. el mapa en la cocina. Me ha gustado.
Yo tengo Turquía tambien en mi lista. Probáblemente será en 2016.
Gracias,
GranPumuki
Hola Enrique,
¿Visitasteis finalmente Turquía? Es un país que merece muchísimo la pena. Ya me contarás qué te pareció 🙂
¡Un saludo!
¡Qué caña!
Post como este inspiran a viajar, tengo Turquía en mi punto de mira desde hace un tiempo…a ver si en breve puedo recorrer los mismos lugares que tu!!
Hola Alberto,
Muchas gracias por tu comentario. Espero que hayas podido visitar Turquía, es un país que merece muchísimo la pena.
¡Un abrazo!
que lindo poder viajar y conocer las distantas culturas y mas hacerlo con amigos!yo vivo en argentina asi que se me complica mas por las distancias.imagino que es fundamental saber ingles para comunicarse no?
Hola Erica,
Pues lo del inglés no te creas que es tan necesario, en el caso de Turquía en Estambul sí pero en otros lugares muchos solo hablaban turco.Yo soy de las que procura aprender al menos un par de palabras del idioma del país ,ya sea camboyano,rumano o turco 😉
En Argentina solo estuve en Bs.As , tengo pendiente volver !
Un saludo y gracias por la visita 🙂