E l budismo es la religión oficial de Camboya desde el siglo XIV cuando el rey Indravarman III adoptó la rama Theravada, mucho más sencilla y popular que la disciplina Mahayana. Ropas simples, ceremonias sin mucho boato y modestia contra la arrogancia anterior, eran los rasgos principales. Además los monjes ya no eran de la élite o la realeza sino también del campo, por lo que su expansión y aceptación fue rápida.
La religión siempre necesaria para entender la historia de un país, me pareció fundamental aquí. A lo largo de los días de viaje, algunos preceptos budistas me ayudaron a entender el carácter del pueblo camboyano así que me pareció buena idea empezar nuestra ruta en la capital por el templo más antiguo de la ciudad, Wat Phnom. Además con un poquito de suerte podrás escuchar bellísima música en directo o ver a muchos locales realizar sus ofrendas diarias.
Caminando desde el hostel, llegamos a Wat Phnom, así llamado porque cuenta la leyenda que la señora Penh descansando un día junto al río encontró varias estatuas de Buda. La mujer decidió hacer un modesto santuario para ellas cerca de su casa y muchos eran quienes lo visitaban por lo que la ciudad fue creciendo a su alrededor, se trata pues del kilómetro cero de la ciudad.
La colina sobre la que está el templo fue aumentada por Ponhea Yat. Éste, el último rey de Angkor en 1432 decidió trasladar a Phnom Penh la capital de su reino y mandó construir el Palacio Real para residir en él. En las estupas que rodean el templo están sus restos y dicen que también los de las estatuas encontradas.
Lo primero que encontramos fue la gran escalinata que salva los casi 30 metros de altura, pagamos la entrada de un dólar y entramos en un mundo nuevo. Porque la imagen de unas mujeres haciendo una ofrenda a los leones de la entrada fue de esos detalles que siempre recordaré. No le ponían flores o velas como en las ceremonias religiosas a las que estamos acostumbrados por aquí, sino carnes y frutas para tener así contentos a los espíritus.
Mucho color y música en directo en un ambiente de total respeto, exceptuando algunos chinos el resto eran locales inmersos en sus rutinas. La verdad que no sabía muy bien ni qué hacer ni para dónde mirar: techos, paredes y columnas estaban totalmente cubiertos de escenas de Siddaharta Gautama (Buda) y el trajín de ofrendas era continuo.
El santuario (vihara) no es muy grande así que estuvimos poco tiempo y paseamos por el recinto. Estupas de distintos tamaños, pequeños altares, mucho incienso y telas de vivos colores que parecían querer aprovechar el viento para tapar todo lo gris del país.
Un enorme reloj en la hierba, una serpiente hecha con mucha paciencia y un pequeño museo completaban el recinto de Wat Phnom. Se notaba que era el primer día porque a todo le hacíamos foto, cualquier detalle hacía que cambiásemos de dirección eligiendo en directo el camino a seguir.
En esta ocasión, la aparición de unos monos malignos y hambrientos hizo que abandonasemos la colina para adentrarnos en el bullicio de comercios, tenderetes y carritos ambulantes buscando algún sitio para comer.
Visitaríamos también ese día el Palacio Real, otro de los lugares imprescindibles en la capital de país.
26 Comments
Me ha encantado la leyenda del origen de Wat Phnom, y también me ha llamado la atención las ofrendas a los leones de la entrada ¡¡normal que sean favorables!! Por tus fotos el santuario parece más grande Que pena que también esté tomado por los “monos malignos” . No conocemos Camboya, pero el templo si me sonaba puesto que allí celebran el año nuevo camboyano. Sin duda tendremos que remediarlo más pronto que tarde. Un abrazo
Sin duda el Wat Phnom es una parada obligada en la capital de Camboya. Su singular ubicación en esa mini colina le hace muy especial, igual que lo bonitos y cuidados jardines que lo rodean. No sé la razón por la que tanta gente se olvida de esta ciudad, que sin ser la más bonita del mundo, tiene suficientes lugares como para dedicarla, mínimo un día, y de paso conocer el pasado más dura del país. ¡Buen finde, amiga!
Ay, los monos, los monos!! Si es que están asalvajaos!!! jajaja. Nos has contado una historia muy interesante sobre este lugar. A mí sí me apetece ir a Camboya, de Asía el único sitio que no repetiría es Vietnam.
Hola Annick!
Qué alegría leerte. Me quedo con la intriga de por qué no volverías a Vietnam…Echo de menos tus historias 🙂
Si no has estado aún en Camboya no lo dudes. Un abrazo muy grande guapa.
No es de los países que más me atraiga, la verdad, pero reconozco que tus fotos me han hecho tilín. Me animaré en un futuro 🙂
Hola Paula,
Gracias pro tu comentario. Me alegra que te haya gustado Camboya tras la lectura 🙂
Merece mucho la pena, creo que te gustaría así que no lo dudes y luego ¡cuéntamelo!
Un abrazo guapa.
Qué recuerdos! La verdad es que la capital está muy infravalorada pero yo creo que sí que vale mucho la pena una visita. Y un indispensable es, como dices, el Wat Phnom. Simplemente sentarse y observar o incluso relajarse dentro de su sala principal, es una delicia.
Creo que Camboya es uno de esos países a los que volveré!
Un abrazo!
Totalmente de acuerdo Sabela. Creo que ahora ya es más visitada pero cuando nosotros viajamos casi todo el mundo saltaba directamente a Angkor sin darle una oportunidad a la capital.
A mí también me encantaría volver a Camboya aunque imagino que habrá cambiado bastante…
Un abrazo guapa.
Camboya y Vietnam son uno de los destinos que más me atraen de Asia, aunque un reciente viaje de mi hermana a Tailandia me ha abierto lso ojos de este país. Pero creo que mi futuro viaje por Asía me llevará por Camboya y Vietnam jejeje
PD: Lo de los monos malignos y hambrientos ya me lo estoy imaginando jajaja
Hola Miki,
Nuestras primeras opciones fueron también Tailandia y Vietnam, hasta que vimos un reportaje sobre Camboya y cambiamos de idea. Un poquito más desconocida entonces 🙂
Los monos de verdad que daban miedito, con unos dientes enormes y esas risas extrañas…Así que ya sabes, ¡que no os vean con comida!
Un abrazo.
Monos malignos y hambrientos? jajajaja
De siempre he querido ir a Camboya. Me llama mucho la atención su cultura tan espiritual. Seguro que vienes pensando de otra manera tras pasar unos días allí.
¡Hola Noe!
Ains…¡Los monos! Nos pasó después también visitando Angkor, nos perseguían porque íbamos bebiendo de un coco…Y la verdad es que me parecieron un poco agresivos. Pero salvo ese detalle Camboya es maravillosa y como dices muy espiritual. Te gustaría. A mí si me hizo pensar mucho conocer un país tan distinto, al que volvería mil veces 🙂
Un abrazo guapa y gracias por tu comentario.
Qué maravilla de ciudad! Desde luego, es una cultura apasionante. Nos apuntamos Camboya como destino al que prestar atención, tanto para nuestra web como para nuestros viajes particulares.
Viajar a Camboya o a cualquier país con una cultura tan diferente es un aprendizaje continuo 🙂
Un saludo y gracias por el comentario.
Otro sitio que visitar.
Por favor, así no hay manera, que después se pone uno a elegir destino y hay tantos que no sabe uno para donde tirar.
Saludos viajeros
Jajaja! ¡Siempre me haces reír con tus comentarios!
Teneis que viajar a Camboya Ismael, busca que seguro hay alguna carrera en la que podais participar 😉
Cuando vayais, no os saltéis la capital y este templo en particular, merecen mucho la pena.
Un abrazo.
Wow! No me llamaba nada la atención este país… pero después de leer tu entrada, lo voy a considerar!
Hola Laia,
Si tienes oportunidad no dejes de visitar Camboya. Es un país de lo más completo, agradable y hospitalario con el viajero, se come bien…No lo dudes 🙂
Un saludo y gracias por tu comentario.
Estamos deseando tener nuestro primer contacto con el Sudeste Asiático. Por el momento tenemos planeado visitar a los vecinos tailandeses y dejaremos Camboya para más adelante.
¡Saludos! 🙂
Chicos pues Camboya os encantaría. Es un país menos explotado que Tailandia, aunque en los últimos años ha cambiado bastante, y su gente es maravillosa.
Un abrazo.
Qué recuerdos de cuando estuve allí hace unos meses (suspiro). Jeje, fíjate por donde, fue lo último que vi, un bonito broche antes de salir a la aventura.
Hola Dani,
A mí me pareció un lugar agradable para visitar y la capital en general me gustó más de lo que pensaba. Me encantaría volver a Camboya…
Un abrazo y gracias por la visita 🙂
deseando estoy después e este relato seguir leyendo el resto. Me ha gustado mucho en lo que se ha convertido el santuario que inició la señora Phnom.
Un saludo
Carmen
Hola Carmen,
Muchas gracias por tu comentario. La historia de la señora Phnom es bonita, una de las muchas que fuimos encontrando por el país.
Ya tienes más entradas sobre el viaje a Camboya 😉
Un saludo.
Aunque el vihara no sea muy grande, su color, su ambiente, las escenas pintadas, las estupas,…la verdad es que merece mucho la pena. Está claro que Camboya no es solo Phnom Pehn. Seguiré tus relatos de Phnom Pehn, una ciudad durísima de un pasado reciente que pone los pelos de punta.
Hola Jordi,
El horrible pasado se notaba en la capital, muchos edificios en ruinas, poca gente mayor…Pero han sabido seguir hacia delante y es un país que merece que le vaya más que bien.
Un saludo.