9 Destinos en el Mundo para 2019. (Recomendados por Bloggers de Viaje).

Cuando decidimos viajar a Guatemala tuvimos que escuchar repetidas veces lo peligroso que es ese país. Que si sabíamos donde nos metíamos, que si nos habíamos hecho un buen seguro...Tuvimos que hacer oídos sordos a todo eso y ponernos en modo disfrute total para conocer uno de los países que más nos han sorprendido de entre todos los que hemos visitado. Me alegro infinito de haber mantenido nuestros planes viajeros para conocer este país de Centro América. En ningún momento nos hemos sentido intimidados y en peligro. Al contrario. En pocos países nos han tratado con tanta amabilidad como en Guatemala. Sin ninguna duda creo que es un destino que todo viajero debería conocer.

Si decidís seguir nuestros pasos, os cuento que los meses entre diciembre y abril son los más propicios en términos generales. El clima es más seco en casi todo el país, aunque hay que recordar que en el Altiplano siempre habrá temperaturas más frescas, pero al menos no se pasará el día lloviendo. Y si podéis dedicar 15 días a recorrer este país podréis hacer un viaje bastante interesante.

Hay tantos lugares a tener en cuenta si se viaja a Guatemala que sin duda cada viajero encontrará un lugar del que enamorarse. Aquellos que disfruten de la naturaleza tendrán la oportunidad de ver un puñado de volcanes, algunos de los cuales siguen en activo. El lugar más bello para ello es el Lago Atitlán. Dicen que es el lago más bello del mundo. Poco hay que añadir a eso.

Quienes busquen en sus viajes arte e historia la van a encontrar por todo el país. Desde Xela y los pueblos con iglesias coloniales que la rodean a Antigua, la ciudad más bonita de Guatemala. Arquitectura colonial, conventos, calles empedradas, plazas en las que sentarse a ver la vida pasar... En cada una de ellas es fácil codearse con los mayas, los descendientes de aquel pueblo que dejó su legado en El Ceibal, Quiriguá o Yexhá.

Es precisamente una de esas ciudades la que es para mi la visita obligada en Guatemala. Os hablo de Tikal. Una antigua ciudad que ha permanecido siglos enterrada bajo la selva y que hoy es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo. Id con energía a visitar Tikal y no dejéis de subir a lo más alto de cada uno de sus templos. Las vistas desde esos miradores, con la selva como un mar a vuestros pies y los picos de otras pirámides asomando entre la vegetación forman una de esas imágenes difíciles de olvidar.

Sri Lanka es un país lleno de contrastes. Una isla donde amaneces rodeado de antiguos templos, almuerzas con una exquisita taza de té con vistas a la plantación, comes a bordo de un jeep mientras descubres fascinantes elefantes y duermes oyendo las olas del mar golpeando contra la arena.

Lo ideal para visitar la antigua Celián es poder disponer de un mínimo de 15 días. Una forma de sacarle toda la esencia al país es moverse en transporte público, y si alquilamos un tuk tuk, la experiencia será increíble.

Hay gran cantidad de lugares que podemos visitar y actividades que hacer, pero lo que no hay que perderse es: visitar el Triángulo Cultural (Anuradhapura, Mihintale, Dambulla, Sigirilla y Polonnaruwa), subir a las Tierras Altas (Nuwara Eliya y Ella), montarnos en el famoso tren de las Tierras Altas, hacer un safari (Minneriya o Yala) y darnos un baño en la costa sur de la isla (Unawatuna y Galle).

El clima de Sri Lanka es algo diferente a lo que estamos acostumbrados, ya que tiene dos estaciones monzónicas. Depende del mes que viajemos, las lluvias afectarán a una parte de la isla o a otra. Por eso es muy importante elegir bien la fecha de nuestro viaje. Una buena época para viajar al país será entre mayo y agosto, siendo los mejores meses junio y julio que tendremos menos lluvias, concentrándose éstas en las Tierras Altas.

Como has podido ver, Sri Lanka es un país increíble en el que no te aburrirás y cada día tendrás nuevos lugares que visitar y nuevas actividades que realizar. No lo pienses más y lánzate a la aventura.

Anclada a orillas del lago Titicaca, la ciudad peruana de Puno es puerta de entrada a maravillas naturales, históricas y culturales que sorprenden al viajero. Mercados, fiestas, folclore y vida llenan las calles de esta urbe que, al sur de Perú, se extiende ocupando las montañas a más de 3.800 metros sobre el nivel del mar.

Con una temporada de lluvias que abarca de diciembre a marzo y temperaturas estables a lo largo del año, la mejor época para visitar esta zona es entre abril y noviembre, aunque la mayor afluencia de visitantes se registra en julio y agosto. Sin embargo, un dato: en febrero, Puno celebra la mayor festividad de música, baile, cultura y religión de Perú, la animada fiesta de La Candelaria, algo para tener en cuenta!.

Cuatro días te serán suficientes para conocer los lugares más emblemáticos de la zona y para entrar en contacto con su carácter y cultura, aunque lo ideal sería tener alguno más para disfrutar de sus preciosos atardeceres naranjas sobre el lago Titicaca y del impresionante manto de estrellas que lo cubre al llegar la noche.

En todo caso, independientemente de cuándo viajes, antes de visitar Puno debes tener en cuenta que su altitud obliga a prepararte física y mentalmente contra el soroche o mal de altura.

En los alrededores de Puno, recomiendo iniciar la ruta por la zona visitando las Chullpas de Sillustani, un impresionante complejo arqueológico funerario de la cultura Kolla situado a 33 kilómetros de la ciudad y donde, ademas de admirar las imponentes construcciones, podrás disfrutar de una bella vista del lago Umayo. Si decides ir mas allá, no puedes perderte la Iglesia de Santiago Apóstol de Lampa, declarada monumento histórico que se encuentra en las inmediaciones de Juliaca, ciudad cuyo aeropuerto es la puerta de entrada a Puno.

Sin embargo, si hay algo absolutamente imprescindible en Puno, es disfrutar del Titicaca, el lago navegable mas alto del mundo que, recostado en el altiplano andino, baña tierra peruana y boliviana con mas de 8.500 kilómetros cuadrados de agua que encierran tradición, cultura y un modo de vida propio.

Para comenzar, puedes aprovechar en pasear por la ribera del lago y visitar la ciudad de Puno con su plaza de armas y catedral. En cuanto a las visitas en el propio lago, es recomendable empezar por las islas flotantes de Uros, más próximas a la ciudad y completamente creadas por el ser humano empleando la ‘totora’, una planta acuática que crece en el lago y que, tejida, sirve como base a estas curiosas islas.

A dos horas en barco de Puno, adentrándose en el Titicaca, se encuentran Taquile y Amantaní, dos islas reales del lago donde vivir la experiencia de conocer de cerca a sus habitantes y su modo de vida. Es posible (y muy recomendable) quedarse a dormir en sus casas para entrar en contacto con su día a día y sus tradiciones y disfrutar de un maravilloso atardecer y un espectacular cielo estrellado sin contaminación lumínica.

Las mayoría de las visitas a Sydney están, lógicamente, dentro de una ruta más grande por Australia. Por eso, se suele dedicar solo un par de días a conocer la ciudad.

Sin duda, se puede ver lo más importante de la ciudad en ese tiempo…aunque, claro, ya que vienes hasta aquí…¿por qué no te quedas un poquito más y aprovechas a tope?.

Te recomendaríamos cuatro o cinco jornadas completas para visitar Sydney. Así, además de conocer los sitios típicos, podrías disfrutar de sus barrios más alternativos, sus playas, y de increíbles paisajes naturales.

Por si esto no te parece suficiente, Sydney está en una posición privilegiada. Cerca hay muchos lugares que merecen una excursión de un día: Blue Mountains, Hunter Valley, Royal National Park, Canberra…

En Sydney, el clima es bastante templado y, a la vez, cambiante. Pensamos que se puede venir aquí en cualquier fecha… siempre y cuando se tenga suerte.

¡Ah! Y recuerda que las estaciones en Sydney van al revés de las que tienes en el hemisferio norte. El otoño es muy bonito, y además en esa época se celebra el festival de Vivid Sydney que está genial. Suele haber tormentones según se acerca el invierno, pero son cosa de uno o dos días.

El invierno no es como los de Europa, solemos estar entre los 8 y los 18 grados. Con una chaqueta de entretiempo y un buen jersey te sirve. Eso sí, las construcciones no están adaptadas al frío, así que es normal tener más frío dentro de casa o del hotel que fuera…

La primavera es una época preciosa. La ciudad se llena de flores, los días son más largos y hace muy bueno. Si no te importa que el agua esté fría, ya hay días de playa.

¡Y ya vamos para el verano! De momento estamos teniendo días con temperatura primaveral, que se está súper a gusto, y otros de calor pegajosón que pueden acabar en ligeras tormentas.

Si, como la mayoría de viajeros, vienes en verano, ten en cuenta que diciembre y enero son temporada alta en Australia. Encontrarás más gente, precios más altos y, en algunos sitios, problemas para reservar.

Si hay un landmark importante en Sydney, ese es la Ópera House. Ella y el Harbour Bridge son los primeros sitios que los recién llegados morimos por ver y fotografiar.

Allí cerca, no te puedes perder los famosos jardines botánicos, y el Central Business District (CBD). Esto sería la zona centro, donde rascacielos súper modernos se mezclan con edificios coloniales, museos y restaurantes.

Si quieres ver playas, las más famosas serían Bondi y Manly. Ambas están en barrios muy chulos, donde se puede aprovechar para comer y hacer compras. Como si esto no fuera suficiente, en Bondi puedes aprovechar para hacer el coastal walk hasta Coogee, y a Manly hay que llegar con el ferry desde el puerto.

Si lo que te gusta son los sitios un poquito más alternativos, tienes que ir a los barrios de Newtown, Surrey Hills y Paddington.

¿Qué te ha parecido?.¿Convencida?.

Evitaré ese leitmotiv sobre la dificultad (real) de recomendar un destino, proponiendo una apuesta segura en otro continente. Este país derriba todos y cada uno de los “dependes” y es un destino que puedo recomendar a ojos cerrados, sin importar a quien tenga delante: Filipinas. Entre otros, por los siguientes motivos:

1.- Filipinas es para ti, seas el perfil que seas y busques el plan que busques. Sólo tendrás que elegir de entre sus más de 7.000 islas cuál es la que más se ajusta a lo que estás buscando: aventura, relax, inmersión local, diversión, contraste cultural, ciudades, pueblos... Da igual la edad que tengas y viajes con quien viajes. Además es un destino que recomiendo especialmente para quien quiera lanzarse por primera vez a un viaje en solitario.

2.- Es barato. No sé si es tu caso, pero en el mío sí es un punto importante. Sí, en general todo es barato y accesible.

3.- Es un país seguro. Tendrás que informarte previamente según la situación del momento si hay alguna zona a evitar; como en cualquier otro país, especial cuidado en ciudades grandes y de forma constante, mucho sentido común.

4.- Es precioso. Un perfecto paraíso tropical que esconde en cada una de sus islas un motivo para ir a visitarla: playas cristalinas, montañas, volcanes o selva. Por ahora muchas de sus zonas están poco explotadas para el potencial que tienen. Rezo para que cuando te decidas a ir (y yo volver), siga así.

5.- It’s more fun in the Philippines. Es su eslogan y es literal. Habita el espíritu latino en Asia en un increíble equilibrio entre lo tan estimulante por lo diferente y un trasfondo latino que nos hace conectar y mimetizarnos entre ellos. Son abiertos, sociables y a cualquier hora están dispuestos a un karaoke, un baile o a mostrarte la más sincera generosidad tras una sonrisa.

Y lo recomiendo porque fue magia pura en mi viaje ❤.

Cuántas veces hemos oído hablar de Bhutan como el país de la felicidad. Este último y pequeño reino del Himalaya tiene el lema de “Gross National Happiness is more important than Gross National Product”. Lo he visitado dos veces y no dudaría en volverlo a hacer, el país del Dragón del Trueno tiene algo que engancha.

Primeramente la amabilidad de su gente es sobrecogedora y segundo sus paisajes son fascinantes. El 70% de su superficie es bosque, además está totalmente prohibido utilizar pesticidas. La naturaleza es para ellos una forma de vida. Es un país declarado no fumador, pero muchos lugareños fuman, lo único que no puedes hacerlo es en la vía pública.

¿Cuando es la mejor época para visitar Bhután?Bhutan tiene la temporada baja que comprende los meses de junio, julio, agosto, diciembre, enero y febrero, el resto de los meses son temporada alta. Los meses de invierno son bastantes fríos pero también en los meses de verano reciben las lluvias de los monzones.

La entrada al turismo está limitada por el estado. La primera vez que lo visité fue en el mes de noviembre porque quería ver los famosos festivales de máscaras de Bumthang. En este mes hace un poco de frio, pero te puedes encontrar con algún que otro día soleado. Lo que sí es maravilloso es el color de sus bosques, a veces llegué a pensar que estaba en un país de hadas, los colores dentro del bosque eran rosas, rojos, amarillos.

Me llamaba la atención sus trajes típicos sobre todo el de los hombres que se llama Gho y consiste en una especie de hábito como el de los tibetanos, solo que más corto y atada por la cintura.

Como todos sabemos no es un país barato, los famosos 200 dólares por día es en temporada baja, siempre y cuando viajen solo dos personas, en temporada alta es 250 dólares. El precio baja según las personas que formen el grupo. En estos precios está todo incluido: hotel, traslados, comidas, guía y entradas a los monumentos. Lo único que tienes que pagar son las bebidas. Lo que sí es un poco caro son los vuelos de avión desde Kathmandu o desde Delhi, suelen oscilar desde los 480 dólares a los 560 dólares.

Bhutan es un pequeño país que ofrece grandes cosas. Si entras al país por la ciudad de Paro puedes desplazarte en coche a Thimphu que está a unos 54 km. En Thimphu tienes para visitar como la escuela de Bellas Artes (National Institute for Zorig Chusum), donde los estudiantes aprenden las 13 diferentes asignaturas de artesanías del país durante seis años, como pintura, escultura, bordado etc, el monasterio fortaleza Trashi Chhoe Dzong, National Memorial Chorten, el Museo Nacional Textil, la reserva del Takin = animal nacional de Bhután, la Librería Nacional, el monasterio Changangkha Lhakhang, el Buddha Viewpoint, y si se tiene un día más se puede visitar el Tango Goemba y Cheri Goemba. Thimphu es una ciudad donde pueden encontrar algo de vida nocturna, porque en el resto del país es un poco difícil.

Desde Thimphu se puede continuar el viaje hacia Punakha pasando por el paso de Dochu La visitando los 108 Chortens. Punakha fue la capital del país hasta 1955. Aquí podéis visitar la joya de la corona de los monasterios fortaleza, el Punakha Dzong que se encuentra en la confluencia de los ríos Mo Chhu (femenino) y Pho Chhu (masculino). Su nombre significa Palacio de la Gran Felicidad. En los alrededores se puede visitar el templo de Chimi Lhakang “El divino loco” que se encuentra en el valle de Metshina.

Entre trayecto y trayecto puedes que tengas la suerte de ver los hombres tirando al arco, es su deporte nacional y ver el baile que hacen cuando un grupo hace diana. Hacia el centro del país se puede hacer parada en Trongsa que se alza en un desfiladero y rodeado de las Montañas Negras. La ubicación del Dzong de Trongsa es espectacular. Tuvo una gran importancia al ser la única ruta de este a oeste que atravesaba el país, los dos primeros reyes de Bhutan gobernaron desde este Dzong. El Museo de Trongsa es bastante interesante dedicado al arte budista y la historia de la monarquía.

Seguimos hacia Bumthang, región que engloba 4 valles principales, Chokhor, Ura, Tang y Chhume. Es el corazón espiritual del reino y los templos y dzongs mÁs importantes se encuentran en Chokhor. Aquí pueden visitar Jampey Lhakhang, se cree que fue construido en el año 659 y verdaderamente merece la pena visitarlo por sus pinturas y por la devoción que muestran sus devotos. También pueden visitar el Kurjey Lhakhang y el Jakar Dzong. En noviembre se celebran los famosos festivales de máscaras.

Esto sería un buen recorrido llegando a conocer lo esencial del país. De regreso a la ciudad de Paro donde pueden tomar el famoso baño de piedras calientes, cosa que recomiendo sobre todo si se tiene alguna dolencia en los huesos o articulaciones. Sin duda otro atractivo es el maravilloso Kyichu Lhakhang construido en el siglo VII, el Paro Dzong donde Bertolucci rodó parte de la película El pequeño Buda. ¡Pero como no1 uno no se puede ir uno de este país sin visitar el “Taktshang Goemba” conocido como el “Nido del Tigre”. El ascenso se hace un poco duro, son unas dos horas y media de caminata a una altitud de 2500m a 3100m, pero es una de los lugares que hay que visitar en esta vida. El monasterio está construido en un acantilado y cuando lo divisas la respiración parece que se te corta. También recomiendo que se haga al final del viaje, ya que el cuerpo está más aclimatado a la altitud.

Si queréis conocer una parte del país más intacta, más pura os aconsejo que continuaseis recorriendo el este. Pasar el puerto de montaña de Thrumshing La, el valle de Ura, visitar pueblos como Khoma, Mongar, el Lhuentse Dzong, visitar el Kidhekhar Buddhist Institute y tener la suerte de ser recibidos por el Lama Khenpo Ngawang, poder convivir con una familia de allí, todo eso no tiene precio.

No obstante si alguien está interesado en visitar este pequeño reino pueden hacerlo con circuitos cortos en los que solo se visita las ciudades de Paro, Thimphu y Punakha. Las dos veces que lo visité, adoraba sentarme en cualquier lugar y observar sus paisajes y pensaba en ese momento que no me importaría vivir allí. He tenido la gran suerte de conocerlo, disfrutarlo y llegarme a encariñar con este maravilloso país, y a su despedida me he ido con las lágrimas en los ojos.

Cuando Maruxaina me pidió que escribiese unas líneas sobre un país no europeo, lo tuve claro, Perú!! Pero quiso el azar que este destino ya estuviese pillado y entonces fue cuando recordé nuestros dos maravillosos viajes a Estados Unidos, en el 2013 por la Coste Este y en el 2015 por la Costa Oeste.

Además, sabemos que volveremos unas cuantas veces más porque nos quedan muchos puntos en la lista de pendientes, la mayoría de ellos sus espectaculares parques nacionales.

La Costa Oeste fue un viaje impresionante, sobre todo, por eso, por su apabullante naturaleza. En nuestro recuerdo permanecerá la primera imagen que obtuvimos del Gran Cañón, a bordo de un helicóptero, o Yosemite nevado. Tampoco podemos olvidarnos de la sensaciones que nos produjo pisar por primera vez Nueva York, visitar mi anhelada Boston, ver a los amish de Lancaster en su día a día, los museos gratuitos,y de los más variado, que tiene su capital, Washington, ni tampoco las interminables cuestas de San Francisco, cruzar el Golden Gate o perdernos entre los casinos de Las Vegas.

No hay una duración ideal para viajar a Estados Unidos, podríamos estar toda la vida por sus tierrras y siempre nos quedaría algo por ver, supongo que sus grandes dimensiones tendrían mucho peso en esta decisión. Nuestros dos viajes duraron 15 días, por lo que, como mínimo, 2 semanas.

Supongo que todo el mundo diría que San Francisco o Nueva York son dos imprescindibles. Yo me quedo con la preciosa Boston y la caótica Los Angeles y, por supuesto, perdonadme que sea tan pesada, sus parques nacionales, cualquiera de ellos.

Tampoco hay una estación ideal para visitar el país. Tened en cuenta que Estados Unidos es gigantesco. Nosotros en abril pasamos calor en Los Angeles y nos nevó en Yosemite y ambos están en el mismo estado, California.

A la hora de recomendar un destino es muy difícil de decantarse sólo por uno. Además, los gustos de cada persona al viajar son completamente diferentes. De todas formas, sí tengo un destino en mente que a muchos viajeros le podría gustar: Japón. Es un país exótico, algo importante para los que busquen algo distinto en todo viaje. Es un país desarrollado, para los que no pueden salir de casa sin las comodidades del primer mundo. Y, además, no resulta demasiado caro.

Para disfrutar de un visita a este país es necesario, como mínimo, de 15 días (nosotros estuvimos un mes). Con menos tiempo nos quedarían muchas cosas por ver, y necesitaremos unos días para adaptarnos a una sociedad tan distinta y las comidas. Se puede visitar en cualquier época del año, aunque las mejores son la primavera y otoño, ya que en verano hace mucho calor (con una humedad altísima), y en invierno los días son cortos y puede hacer mucho frío.

Hay infinidad de rutas para hacer en Japón, pero después de estar allí un mes (con gran cantidad de cosas que aún nos quedaron por ver), pienso que toda visita debería incluir Tokio, Kioto, Nara, Nikko, Kawaguchiko y Miyajima. Además, en dicha ruta, debemos probar cosas como bañarse en un onsen, alojarse en un ryokan, comprar en un centro comercial, subir en el tren bala, tomarse algo en un neko café (bar de gatos), etc...Está claro que es un destino que no nos dejará indiferentes.

Sí amigos, Irán está dando la campanada de hace poco para acá, poco unos 4 o 5 años, aunque bien es cierto que la moda por viajar se está apoderando cada vez más de este precioso país. Cada vez más son los viajeros que se aventuran a realizar un viaje a Irán a pesar de todo lo que escuchas y te han contado. Irán no es todo eso, es mucho más, en breves palabras te contaré por qué será el destino de moda.

Cada vez va más gente, les encantan los turistas y hablar con ellos, los iraníes son amables, muy amables y no te debería sorprender ya que todo el mundo te pare para hablar contigo. Te preguntarán con mueca de asombro -¿Por qué han venido aquí? ¿A Irán? España! Amamos España! Sí, a pesar de que les gusta más por el fútbol que por otra cosa conocida, les encanta. Sus mezquitas milenarias, sus desiertos, sus pueblos de adobe…Irán lo tiene todo para convertirse en el destino del 2019.